Recuerdo que en una ocasión un político me envió un mensaje. Su imagen acababa de salir en un informativo de IB3 el día que entró en prisión Maria Antònia Munar.

La pieza consistía en explicar la trayectoria política de la expresidenta de UM. Este político aparecía como uno de los dirigentes que la apoyó para ser presidenta del Parlament. En el vídeo salían Matas, Cañellas, Antich, Albertí, Soler y un largo etcétera de políticos.

Pero el que se quejaba, defensor a ultranza de la pluralidad en los medios, sobre todo si son públicos, no le hizo ninguna gracia que su imagen saliese junto a la de Munar, en aquel momento una apestada de la política. Le contesté que él y su partido votaron a favor de Munar como presidenta del Parlament y no entendía qué problema había.

Es un ejemplo de políticos que se rasgan las vestiduras para pedir pluralidad, independencia, información libre, pero cuidado que no les toques a ellos, a su partido, a sus intereses. Me temo que con Viviana de Sans tenemos a una dirigente política que asume mal las críticas, que no le gustan que hablen mal de sus decisiones políticas, y que por ello ha creado un blog.

Se equivoca un ‘pelinazo’. Los políticos no están para blogs ni historias parecidas. Pronto cumplirá un mes en el poder y, al margen de su metedura de pata sobre «un pelín», poco sabemos de lo que hará desde su departamento de Transparencia. Ha anunciado más contrataciones en el Consell, una institución que cuenta con unos 700 funcionarios, y lleva casi un mes justificándose sobre los sueldos, cargos y demás historias. Si realmente ha llegado para hacer una política diferente está perdiendo un tiempo precioso en escribir blogs y, sobre todo, en justificar lo injustificable. Y la legislatura acaba de empezar. Lo que nos espera.