Con el fin de la temporada turística los habitantes de Formentera vuelven a temer quedarse desconectados, aislados, y con menos conexiones marítimas que las necesarias para poder desplazarse a Ibiza y de allí al resto del mundo. Formentera pasará de un exceso de oferta, con barcos cada media hora, y de varias compañías al mismo tiempo, a disponer de unas conexiones totalmente innecesarias para sus necesidades. El Govern debe solucionar esta situación y dejar de dar largas al Consell de Formentera, que tiene que mantenerse firme ante las exigencias razonables de sus ciudadanos.

Escaso transporte.
Formentera no solo padece las incomodidades de los territorios insulares sino que sufre la doble insularidad al no disponer de un aeropuerto para que sus ciudadanos entren y salgan cuando las condiciones marítimas no sean las adecuadas. Durante mucho tiempo los distintos gobiernos autonómicos no han dudado en exigir al Gobierno central que ajustase los horarios de los vuelos a las necesidades de los ciudadanos de Mallorca, Menorca e Ibiza, por lo que ahora debería comprender mejor que nadie que hay que responder a la problemática que sufren los habitantes de Formentera con las conexiones marítimas.

Problemas añadidos.
Porque no es lógico que los ciudadanos de Formentera deban pasar la noche en Ibiza al no disponer de barcos a primera o última hora del día. Si hay que viajar a Palma, Barcelona o Madrid a primera hora los formenterenses deben dormir en Ibiza. Y si vuelven tarde, también. Además del gasto en hoteles, se ven castigados con la ecotasa del Govern. Sin duda, un despropósito. Por ello debe resolverse, y con urgencia, la reivindicación de la población de Formentera. Lo sorprendente es que no esté ya en vías de solución y que, por el contrario, este asunto haya enfrentado a Govern y Consell de Formentera sin que se concrete una salida a la ordenación del transporte marítimo. A los formenterenses les asiste toda la razón.