Walter Güntensperger, presidente, y Marcel Iseli, director deportivo de Huerzeler Bicycle Holidays.

Huerzeler Bicycle Holidays es una institución en el mundo del cicloturismo en Mallorca que opera como touroperador y receptor. Un imperio forjado por el ciclista suizo Max Hürzeler, que empezó a traer a turistas en 1986, hoy en manos de Walter Güntensperger y Marcel Iseli, también suizos. Llegan a través de su touroperador 35.000 ciclistas cada año a la isla con todo el paquete de transporte, alojamiento y servicios. En total, alquilan 60.000 bicis.

A pesar de que no existen estadísticas oficiales, se calcula que el número de cicloturistas en Mallorca asciende en la actualidad a 160.000, cuando dos años antes eran alrededor de 100 mil. Una actividad que empezó a mediados de los 80 y que se considera motor de la desestacionalización. Una de las empresas más grandes de este sector es Huerzeler Bicycle Holidays, extendida por toda la isla y con sede en Platja de Muro. Fue fundada por el campeón mundial de ciclismo Max Hürzeler, que puso la primera estación de bicicletas en el Hotel Delta de Llucmajor. En 2005 Hürzeler vendió la compañía. Walter Güntensperger es el presidente y CEO de la empresa mientras que Marcel Iseli ejerce de director deportivo. Los dos son propietarios.

Ambos hablan de la compra de la compañía como “una oportunidad”. “Yo trabajaba como director gerente en una gran empresa turística, llevaba 12 o 13 años. Cuando llegas a los 50, piensas, ¿sigo como ahora hasta que me jubile o hago algo nuevo? Y soñaba con tener una empresa en propiedad. Además, con el ciclismo hemos conseguido unir la pasión y el trabajo”, indica Güntensperger, a lo que Iseli añade: “Hace 16 años que practico ciclismo y desde 2005 es también mi profesión”.

Aseguran que mantienen la esencia de la empresa. “La percepción de los clientes es que es igual que antes”, aseveran, aunque han hecho crecer la empresa y como profesionales gestores con amplia experiencia han implantado cambios en todas las áreas y se han profesionalizado todos los procesos.

Desde 2005 la empresa ha experimentado un gran crecimiento. Cuando la compraron contaba con 1.500 bicicletas y tres estaciones, mientras que hoy el negocio se ha multiplicado por cuatro, con 6.000 bicicletas y quince estaciones. Unas 5.000 son de carretera y el resto son mountain bike, de paseo u otros tipos.

Además de su actividad en Mallorca, tienen presencia en Andalucía y Canarias.

Una estación está formada por una tienda multimarca especializada en ciclismo y un punto de alquiler de bicicletas. En Malloca cuentan con 13 estaciones: tres en Platja de Muro, una en Alcúdia, una en el Puerto de Pollença, una en Can Picafort, una en Sa Coma, una en la Colònia de Sant Jordi, cuatro en la Platja de Palma y una en Peguera.

También se han implantado en Andalucía, con una estación en Chiclana (Cádiz), y en Canarias con una estación en Lanzarote.

Asimismo, tienen acuerdos con 27 hoteles para los clientes que vienen con el paquete con alojamiento incluido: 24 en Mallorca, dos en Chiclana y uno en Lanzarote. Algunas de las estaciones están en las instalaciones de los hoteles.

HOLDING. Huerzeler Bicycle Holidays forma parte de un holding empresarial con 200 trabajadores dedicado al turismo deportivo. Por una parte, la empresa recepcionista en Mallorca dedicada al alquiler de bicis es Bicicletas Mallorca, cuyas oficinas centrales se encuentran en Platja de Muro, frente al Iberostar Playa de Muro. Cuentan también con una empresa de incoming llamada Active Direct Services ubicada en Platja de Palma y que aglutina los servicios a los ciclistas.

Por otra parte, se dedican a la touroperación, es decir, a vender paquetes completos para el cicloturista a través de dos agencias, Active Travel para Suiza y Mallorca Aktiv para Alemania. Y Alfa Golf es una empresa touroperadora para golfistas en Europa.

Además, otra rama de su negocio es la organización de tours ciclistas por todo el mundo. Planifican rutas ciclitas de entre quince días y tres meses. La más larga hasta el momento es la que tuvo lugar el pasado verano. Fueron desde Rusia hasta China en tres meses.

Su actividad en Mallorca llega a las 60.000 bicicletas alquiladas cada año, de las que 35.000 son clientes que vienen directamente por sus touroperadores y el resto solo les alquilan la bici. En temporada alta llegan a las 1.500 bicicletas alquiladas por semana en Platja de Muro y 5.500 en toda Mallorca.

La empresa está totalmente orientada al cliente germanoparlante. Dos tercios de sus clientes son alemanes, un 20% son suizos y el resto son austríacos, escandinavos y del Benelux, estos dos últimos grupos con una presencia cada vez mayor. También explican que cada vez hay más ingleses.

TEMPORADA. Hay ciclistas todo el año, aseguran desde Huerzeler Bicycle Holidays. La punta de demanda depende de la Semana Santa y va desde quince días antes hasta quince días después.

Marzo, abril y hasta mitad de mayo es temporada alta, dominada por ciclistas amateurs.

En verano, entre mitad de junio y septiembre, cada vez vienen más clientes individuales sin guía y también hay grupos profesionales. Y entre noviembre y febrero llegan muchos profesionales para entrenar.

El mes de febrero está perdiendo fuerza como desestacionalizador a través del ciclismo. “Ahora el mes de febrero es mucho más flojo que antes. El clima no es seguro y además no hay tantos locales abiertos, de manera que prefieren venir en abril aunque les salga un poco más caro, se lo pueden permitir”, indica el presidente.

Rafael Piña, delegado de la dirección general, explica que Huerzeler cuenta con 48 guías profesionales que dirigen los grupos, un servicio que está operativo entre febrero y junio y también en los meses de septiembre y octubre. Un 70% de sus clientes va con grupos con guía, mientras que el 30% restante circula por su cuenta.

En todas las estaciones tienen un panel informativo con las diferentes rutas organizadas en los próximos días, detallando el guía, el recorrido, la velocidad y la dificultad. Cualquiera puede apuntarse hasta completar el grupo.

La empresa ofrece información al ciclista para que esté al corriente de las normas de circulación españolas y para que respete las medidas de seguridad. En este sentido, los grupos son como máximo de 16 ciclistas, “para que no sea imposible que los coches les adelanten”.

En cuanto a la estancia media, ha bajado de los 10 días de hace unos años hasta los ocho.

VENTAJAS DE MALLORCA. De acuerdo con Güntensperger e Iseli, Mallorca aglutina muchas ventajas para la práctica del cicloturismo. La primera es la conectividad, ya que se puede llegar desde Alemania, Suiza o Austria en dos horas como máximo y hay muchos vuelos directos. Otro de sus atributos es el tiempo, que en primavera es agradable y adecuado para hacer deporte al aire libre.

La tercera ventaja es la orografía, ya que hay mucha variedad de rutas para entrenar, tiene montaña y mucha variedad topográfica. La cuarta es la gran cantidad de rutas disponibles, ya que cuenta con muchos caminos asfaltados. Además, cada cinco o diez kilómetros hay un pueblo con servicios para poder parar a descansar o pedir ayuda en caso de emergencia. “Se puede disfrutar dos semanas de paisajes diferentes, mientras que en la Península, fuera de la ciudad está desierto. Esta es la gran diferencia de la isla”, indica Güntensperger.

Otro valor añadido es que Mallorca dispone de muchos hoteles con una infraestructura preparada para el ciclismo, como es disponer de almacén de bicicletas con seguridad, taller y tienda. Ofrecer picnic y una comida adaptada también es muy importante.

Los propietarios ponen en valor el alquiler de bicis de diferentes calidades porque “si todos llegaran con su propia bicicleta provocarían desperfectos y molestias al hotel, imagina cien bicis cada día subiendo y bajando por las escaleras”, apuntan.

Güntensperger e Iseli presumen de tener una buena relación con el gobierno y con la Asociación Hotelera de Platja de Muro. “Tenemos contacto con ellos por las rutas y les felicitamos, porque son mucho mejores que hace unos años”, apuntan. “Para nosotros es muy importante que las rutas estén limpias en febrero, al inicio de la temporada alta de ciclismo, y eso es importante no solo en la playa sino en los carriles bici”, puntualizan.

Respecto a los accidentes, aseguran que se está haciendo un buen trabajo y hay que seguir mejorando. “Cada año hay doce muertes en Balears, más o menos. La mitad de los fallecidos tienen problemas de corazón. Hay seis muertes en accidente, de los que en tres el fallo es del ciclista y en tres, del tráfico. Con tantos ciclistas en Berlín o en Zurich, hay muchas más muertes en bici. Creemos que el número es bajo en propoción al gran número de ciclistas que hay, pero cada muerte es demasiado. Por eso tenemos los grupos, los guías y damos tanta información”, aseguran.

ASPECTOS A MEJORAR. Como aspectos a mejorar, consideran que hay que sumar esfuerzos para aumentar la actividad en febrero y octubre. “Tenemos la impresión que las ferias y otros eventos, como la Mallorca 312 o el Ironman, los hacen justamente en nuestra temporada alta. A nosotros no nos ayuda nada porque ya tenemos suficiente trabajo. Entiendo que quieren aprovechar el gran número de clientes que tenemos aquí, pero para ayudar al turismo sería un desafío mayor hacerlos en otra época, en febrero, junio u otoño”, indica Güntersperger.

En cuanto a sus planes de futuro, no piensan crecer, sino consolidarse. “Hemos tenido la oportunidad de abrir una nueva estación en el nuevo Hipotels de Platja de Palma y no podemos decir que no, es imposible. Pero hemos crecido bastante en los últimos años y queremos consolidar. Sí que hay nuevos segmentos que tenemos que estudiar, como el de la bicicleta eléctrica. Crecerá en el futuro porque hay mucha gente mayor que quiere ir en bicicleta durante sus vacaciones, pero ya no puede con la bicicleta normal”, añade.

MASIFICACIÓN. Los empresarios del cicloturismo no son ajenos a las críticas que se han suscitado en los últimos años por la masificación turística. Consideran que el ciclismo es vital para desestacionalizar. “Entre enero y mayo no hay tantos turistas en las Islas. Entre junio y agosto, es otra cosa. En cualquier caso el ciclismo es muy importante para la isla, para los hoteles, tiendas y restaurantes de todos los pueblos. No sé cómo podrían vivir en temporada baja sin ciclismo”, indica Iseli.

Respecto a las molestias que puedan ocasionar, Güntensperger se considera “impresionado” por la forma como la gente local trata a los ciclistas. “Tienen mucha paciencia y nos da la impresión de que entienden que es un mal menor, una molestia necesaria y un compromiso”, explica, mientras que añade que el incremento de cicloturistas se debe a que el mercado inglés aumenta su presencia.

“Hace 30 años que tenemos un producto alemán que funcionaba, pero últimamente hay muchos más ciclistas que vienen por su cuenta, sin grupos, y aumentan la inseguridad porque no tienen la disciplina que nosotros aplicamos a nuestros clientes”, concluye.