Toni Bright se presenta el viernes en Can Ventosa con un show de una hora y cuarto de duración que podrán disfrutar también niños a partir de 5 años.

Las entradas para ‘Toni Bright, magia de la mente’ ya están disponibles y se acaban las excusas para no ir a disfrutar de este espectáculo que ha recorrido los teatros de toda España de la mano de su creador, Toni Bright, uno de los mentalistas más famosos del país y que se presenta el viernes a las 21.00 horas en Can Ventosa y que ha hablado con PERIÓDICO de IBIZA Y FORMENTERA para contarnos detalles sobre su profesión y su show.

—¿Cómo te defines? ¿Cuál es la diferencia entre mago, mentalista e ilusionista?
—La diferencia es... Un mago es aquella persona que realmente tiene poderes, como Gandalf en El Señor de los Anillos o algo así (risas). El ilusionista es el que para mí hace el papel de mago, que utiliza las monedas, las cartas, que hace aparecer o desaparecer un pañuelo, o que realiza cosas imposibles como ‘partir’ una persona por la mitad y luego recomponerla. Un mentalista es diferente, utiliza la PNL, la comunicación no verbal, las habilidades sociales, la sugestión... si juntas todo eso parece que un mentalista tiene poderes pero siempre digo que el único poder que tiene un mentalista es el de saber entretener a la gente y hasta ahí podemos contar (risas).

—¿Cómo se forma un mentalista?
—Hay muchas formas de estudiar mentalismo pero en mi caso he sido autodidacta, todo lo he aprendido delante del espejo ensayando mucho y volviendo a ensayar. He leído mucho, lo que creo que puede funcionar lo pruebo miles de veces, lo voy puliendo y lo voy presentando en círculos cercanos, por último lo incluyo en los espectáculos. Pueden pasar no días o semanas, sino meses o años hasta ese efecto o juego lo ve el público. Es muy complicado de hacer pero cuando ves la cara de satisfacción del público vale la pena

—¿Empezó todo con un juego de magia de pequeño?
—Empecé con mi padre viendo a los mentalistas por televisión... ponía los ojos como platos. Me encantaba pensar que de mayor sería un mentalista y con esfuerzo, dedicación, sacrificio y amor por lo que hago al final he conseguido convertirme en un mentalista y sobre todo ir por los teatros de toda España, eso es lo más bonito.

—¿Qué verá el público el viernes, nos puede adelantar algo?
—Por ejemplo, verá cómo se doblan tenedores o cucharas con el poder de la mente, como se lee la mente de las personas e incluso podrá ver como se contacta con espíritus de una persona que ya no está. Siempre digo que ‘contactar’ entre comillas, que cada uno crea lo que quiera creer. Esa persona que ya no está entre nosotros te deja un mensaje, es la parte más bonita y más emotiva del espectáculo.... y hasta ahí podemos contar.

—¿Y a quién le gustaría leerle la mente hoy por hoy?
—Ufff... a los protagonistas del conflicto catalán... a ver cómo se soluciona. Espero que acabe bien porque somos todas personas y nos debemos de entender. El futuro de la humanidad se basa en el entendimiento entre las personas. A modo particular me gustaría leerle la mente a mi grupo favorito ‘Oasis’ o a Iker Jiménez que me gustan mucho los misterios...

—¿Esto como funciona? ¿Ahora estás leyendo lo que pienso?
—(Risas) Por teléfono ni Dios... hay que estar frente a frente... El secreto no te lo voy a contar (risas). Se utiliza mucho la comunicación no verbal. A la hora de leer la mente de una persona no es tanto lo que dice sino como lo dice, sus gestos y la forma que tiene de decir las cosas. Eso es lo que realmente te da muchísima información de los voluntarios que salen en el espectáculo.

—¿Depende mucho de si cree en ti o no?
—No, hay mucha gente escéptica que va al espectáculo y luego sale creyendo. Y la gente que viene creyendo sale alucinando (risas). Todos salen creyendo, al ser tan participativo, ameno y dinámico la gente sale encantada del show. He estado en los mejores teatros de España, tres años en la Gran Vía de Madrid, tengo una profesión muy bonita con un feedback muy bueno. Cuando actúas la gente te saluda, te da las gracias... ves como sonríen tanto adultos como niños. Siempre digo que los niños se lo pasan como adultos y los adultos otra vez vuelven a ser niños.

—¿Cómo te preparas para cada show?
—Hacemos las pruebas de sonido y luces y poco más. No tengo ningún rito ni cosas de esas (risas). Estoy acostumbrado a actuar delante del público y para mí ya es algo natural.

—¿Utiliza sus «trucos» en la vida cotidiana?
—Noooo, cuando se acaba el espectáculo desenchufo y paso de ser mentalista a persona normal, si fuera leyendo la mente a la gente todo el día me volvería loco.