Alfonso Basterra y Rosario Porto, son conducidos por la Policía ante el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, durante la vista de apelación de la sentencia que condenó a los padres de Asunta Basterra a 18 años de prisión por el asesinato de esta menor, esta mañana en A Coruña. | Efe

Rossario Porto y Alfonso Basterra, condenados cada uno de ellos a 18 años de cárcel por el asesinato de su hija Asunta, esperan que se declare nula la sentencia, lo que implicaría su absolución o la repetición del juicio, pero la Fiscalía ve esta pena «fundamentada».

El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) acogió este martes la apelación y, en ella, el penalista José Luis Gutiérrez Aranguren, que se encarga de la defensa de la madre de la víctima, y Belén Hospido, que representa al padre de la menor, expusieron los motivos que los llevan a reclamar la nulidad del fallo con el que se cerró la vista oral por el trágico caso, el cual fue juzgado con un jurado popular.

Durante nueve largas horas, estos dos letrados, el representante del Ministerio Fiscal José Ramón Piñol y el abogado de la acusación popular, que representa a la Asociación Clara Campoamor, Ricardo Pérez, aportaron este martes sus argumentos al tribunal, presidido por Pablo Saavedra Rodríguez, acompañado por Pablo A. Sande García y José Antonio Ballestero Pascual.

Gutiérrez Aranguren sostuvo que el tribunal del jurado basó su dictamen en ir contra los acusados y agregó que el veredicto tuvo, además, varios elementos «absurdos» que carecen de toda «lógica».

En su intervención, incidió, por ejemplo, en el hecho de que Rosario Porto se parase a hablar con sus vecinos tras una supuesta muerte violenta ejecutada por ella: «Es absurdo que una persona mate a su hija, lleve el cadáver en el coche y se quede hablando con los vecinos», apuntó este abogado.

Asimismo, aseguró que no existe la «prueba contundente» que debe acreditar toda sentencia condenatoria. «Sigue sin aparecer, sigue todavía oculta», y esto es porque siempre se ha «especulado sobre la especulación», enfatizó.

«Primero se dictó la culpabilidad y luego se buscaron los motivos para sustentarla», lamentó el letrado, que puso una vez más el foco sobre el hecho de que en la investigación, y también en la autopsia, -agregó-, «se especulase» con la hora de la muerte de la menor «para encauzarla a un horario determinado».

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Recriminó Gutiérrez Aranguren que los abogados defensores tuviesen que «pelear contra elementos» como éste y, además, aprovechó para denunciar que «en la época del secreto sobre las actuaciones trascendiese mucha información a la que no tenían acceso las partes».

La letrada Belén Hospido insistió hoy en demandar una «sentencia absolutoria», puesto que durante el juicio se vulneró, a su modo de ver, la «presunción de inocencia» de su representado y, para prueba, una sentencia que ha sido «de todo, menos razonable».

Discrepó totalmente Hospido del veredicto del jurado, ya que este órgano dio por probado que Alfonso Basterra iba en el coche en dirección a Teo y no existen en cambio pruebas para acreditarlo.

«El jurado da por probado que vuelve y no sabe cómo ni por dónde, y de Teo -donde fue hallado el cadáver de Asunta- no se vuelve tan fácilmente», observó Hospido.

El fiscal Piñol sí avaló la sentencia condenatoria: «No he visto nunca un veredicto tan fundamentado», llegó a decir acerca del dictamen emitido por el tribunal del jurado y el posterior fallo.

El representante del Ministerio Fiscal reparó en la carencia de un «indicio directo único» y subrayó que «hay que juntar varios», pero todos ellos, examinados críticamente, «son -precisó- elementos suficientes para considerar» que la resolución está bien fundada.

El abogado de la asociación Clara Campoamor, Ricardo Pérez, manifestó que el fallo del jurado y la sentencia emitida son, desde su punto de vista, impecables.

La condena a 18 años de prisión por la muerte violenta de Asunta se produjo más de dos años después de un suceso que conmocionó a la opinión pública en Galicia y el resto de España, desde que el 22 de septiembre de 2013 fuese hallado el cadáver de la pequeña en una pista forestal de Teo (A Coruña).