Max, un ejemplar de braco de pelo castaño, se recuperaba ayer de una intoxicación en la zona de Montecristo.

Tras conocerse el viernes el caso de envenenamiento de dos perros en la zona de Can Parentona (Sant Rafel), de los cuales uno perdió la vida, los vecinos de esta parroquia han alertado de dos nuevos casos que han generado un estado de cierta psicosis entre los propietarios de canes.

Además, el hallazgo de nuevos recipientes con una mezcla de carne y tóxicos en zonas públicas de otros puntos de la isla han extendido el nerviosismo y la indignación entre los amantes de los animales.

Según pudo saber PERIODICO de IBIZA Y FORMENTERA, un vecino localizó en la carretera de Sant Rafel a Santa Agnès algunos de estos recipientes y los entregó a la Guardia Civil con el fin de contribuir a la investigación que pueda dar con los autores de un presunto delito contra los animales. El Instituto Armado ya inició unas pesquisas a raíz de los primeros casos detectados, de los que también se obtuvieron muestras de una substancia sospechosa de ser tóxica.

Nuevas intoxicaciones

Por otro lado, ayer se conocieron dos nuevas intoxicaciones de perros. Una de ellas fue difundida a través de las redes sociales, donde se explicaba la muerte de Jak, un pequeño cachorro que perdió la vida ayer mismo tras comer un trozo de bacón mezclado con una substancia nociva en Sant Rafel.

Por otra parte, durante la mañana otro perro llamado Max, un ejemplar de la raza braco y de pelaje castaño, fue atendido en una clínica veterinaria de esta localidad por una intoxicación de la que se recupera.

En este último caso, el incidente tuvo lugar en la zona del Polígono de Montecristo y, al parecer, según explicó el veterinario que le atendió, Juan Luque, la causa, lejos de ser intencionada, tuvo un origen totalmente accidental. «Parece que Max comió por error un abono dentro de la propiedad de sus dueños», aclaró.

Sin embargo, los otros tres casos conocidos sí que contienen indicios muy claros de un envenenamiento voluntario y podrían implicar un presunto delito contra los animales.

Este periódico contactó con otros centros veterinarios de la isla, donde no habían registrado ningún otro caso de intoxicación intencionada de animales.