Ruiz ha mantenido contactos extraoficiales con altos cargos de Costas, que le han mostrado la disponibilidad de escuchar la propuesta del Ayuntamiento de Vila, si bien en estos momentos el gran problema que existe es el bloqueo presupuestario del Gobierno central. Si se pudiese desbloquear esta situación, no hay que descartar que el Ministerio de Medio Ambiente pueda escuchar la propuesta de Vila.
El proyecto que baraja Vila consiste en una rehabilitación total del paseo de ses Figuetes, pero con la intención de llegar hasta el paseo de Platja d’en Bossa. La idea original tenía un coste de 8 millones de euros, pero podría abaratarse si se suprimen las expropiaciones que había previstas para conectar ses Figueretes y Platja d’en Bossa. Precisamente, las expropiaciones son un gran obstáculo, no solo por el coste, sino también porque alargarían mucho toda la tramitación administrativa del proyecto. Vila está dispuesto a estudiar estas modificaciones, sugeridas desde Demarcación de Costas, si bien con la condición de que el Ministerio de Medio Ambiente financie totalmente la rehabilitación del paseo de ses Figueretes, un proyecto imprescindible para la ciudad.
Mientras se intenta alcanzar un acuerdo con el Ministerio de Medio Ambiente, el gobierno que dirige Rafel Ruiz mantendrá sus inversiones puntuales en ses Figueretes, una zona olvidada durante mucho tiempo y que necesita un lavado de cara con urgencia.
LA NOTA
La iniciativa privada se anticipa
La iniciativa privada ya lleva la delantera en ses Figueretes. La rehabilitación de algunos establecimientos turísticos de la zona ha confirmado que se trata de un enclave estratégico para la ciudad, pero que durante años ha sufrido el abandono y el desinterés por parte del consistorio. Tras los cuatro años convulsos en Vila vividos la pasada legislatura, Ruiz anunció su intención de hacer una reforma urgente en estos cuatro años. Sin embargo, es una evidencia que la iniciativa privada trabaja al margen de las instituciones y los propietarios del actual hotel One decidieron invertir de forma completa el establecimiento situado en primera línea, con una inversión de 7 millones. Vila intentó que la ecotasa financiase el paseo, pero tampoco hubo demasiada suerte.
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En Palma hay un paseo peatonal y para bicis utilizado por muchísima gente en primera línea de mar que tiene unos 15 km, desde el final del paseo marítimo hasta el final del Arenal. En Ibiza se podría conseguir lo mismo, o casi, se debería poder ir desde Ibiza hasta Ses Salines caminando o en bicicleta, supongo que no es fácil, como no debió serlo en Palma, pero allí lo consiguieron