Nuesto aspirante a Sardina Negra de esta semana para el PERIÓDICO de IBIZA Y FORMENTERA y la TEF es todo voz. De hecho, muchos ibicencos le conocen como la voz de Ibiza después de 28 años trabajando en nuestra isla. Él es Agustín Prades, periodista, locutor de radio, presentador de programas y eventos o actor de doblaje de películas y documentales.

Sin embargo este castellonense nacido en Vinaròs el 9 de julio de 1961 es mucho más. Algo que descubrimos sentados en la terraza del bar Alegría de Talamanca, a escasos metros de donde una de nuestras cantantes más internacionales, Ángela Cervantes, también se convirtió en Sardina Negra. En una mañana igual de soleada y con las mismas vistas maravillosas, Prades nos demuestra que es un magnífico conversador, un perfecto relaciones públicas, un gran bromista y un hombre positivo que afronta cada día con una amplia sonrisa. De hecho, a lo largo de la entrevista, perdemos la cuenta de cuantos besos y saludos manda a sus seguidores, seres queridos y personas con las que ha compartido media vida. Incluso, comprobamos que de no haber sido la voz de Ibiza podría haber sido perfectamente un gran imitador poniendo voz a personajes tan ilustres como Felipe González, Francisco Umbral o el mismísimo Goofy, uno de los personajes más queridos de la factoría Disney. En fin, que Agustín Prades es uno de nuestras Sardinas Negras más polifacéticas.

—¿Qué se le pasa por la cabeza cuando escucha que usted es la voz de Ibiza?

—(risas) Que la gente es muy exagerada. Son cosas que vienen bien para tu ego porque hace subir la bilirrubina, pero no hay que tomárselo muy en serio porque siempre hay que ser consciente de lo que cada uno es.

—Escuchándole hablar me parece que estoy con un actor de Hollywood. ¿No se le pasó por la cabeza ser doblador de cine? Dicen que se gana mucho dinero...

—(risas) Eso dicen. Pero mira ya probé. Fue en 1996, cuando en Madrid me presenté en la empresa Abaira para trabajar. Llegué y aunque no hacían pruebas, tras llorarles un poco al final conseguí un puesto para documentales. Sin embargo, no aguanté mucho porque no soporto vivir en Madrid. A mi las ciudades grandes me matan porque soy muy de mar, de salitre y de arena.Y por eso me gusta tanto Ibiza.

—Lo cierto es que nos pasa con muchos entrevistados... mucha gente se piensa que usted es de Ibiza pero no nació en la isla.

—Es verdad. Yo nací en Vinaròs, un pueblo de Castellón pero el 13 de junio hará 28 años que estoy aquí, pasando grandes momentos de mi vida como el nacimiento de mi hijo o mi boda.

—¿Y cómo desembarca uno de Vinaròs en Ibiza?

—Fue trabajando en un programa de Radio Nueva en Vinaròs y me llamó Javier Iturrioz, uno de los dueños del Ku, porque estaban buscando voces por toda la costa para hacer una promoción distinta de lo que se había hecho hasta ahora.A mi me pareció interesante, me animé y durante esa temporada estuve haciendo del Capitán Morgan en el programa Station Ku con la música que me pasaban cada noche djs como Dj Pipi o César de Melero. Ya después, me contactó Juan Suárez para hacer otro programa y de ahí, hasta hoy.

—Es consciente que durante años ha animado las mañanas de muchos ibicencos...

—(risas) Puede ser. Ten en cuenta que he estado 25 años al frente de un micrófono y eso marca. De hecho, aunque ahora estoy un poco más escondido con mi canal de Youtube la gente se sigue acordando de cuando les llamaba feligreses o diciéndome «¡¡Ey capi!!».

—Es que usted es tan famoso que hasta aparece en la Wikipedia.

—La verdad que sí.Pero no es para tanto. El perfil lo cree yo mismo después de que muchos amigos me animaran a ello. Y no ha sido tan difícil porque realmente lo que he hecho ha sido colgar mi curriculum por si le interesara a alguien.

—Lleva muchos años detrás de un micrófono. ¿Cómo ha cambiado la comunicación radiofónica desde que empezó?

—Mucho, la verdad. En mis primeros años teníamos una mesa con pedales y cuando más rápido le dábamos mejor iba todo. No, en serio, es broma. Lo que si es cierto es que empecé cuando había un magnetofón de bobinas en el que las informaciones de montaban dejando dos segundos para que luego hubiera espacio. Y después, seguí con unos cartuchos enormes que como gran novedad se podían rebobinar. Y aquello era la caña.

—Pues sí que ha cambiado todo.

—Pues sí, sobre todo en la forma física del periodista. Antes llevabas un maletón enorme y ahora vas con un aparato que no pesa nada.

—¿Qué opina de las nuevas tecnologías?

—Pues que aplicadas en su justa medida están muy bien. Aunque quita puestos de trabajo ten en cuenta que a día de hoy con un simple ordenador puedes grabar un disco, tener un programa de radio e, incluso, crear tu propia emisora.

—Una duda: ¿cómo ha hecho para mantener su voz todos estos años?

—(risas) Sinceramente pues nunca he bebido alcohol ni he fumado ni he... bueno eso lo dejo para otro momento. En serio, siempre me he cuidado mucho y además creo que siempre he tenido buena voz. De hecho cuando hice la comunión y subí a leer, dos señoras que había en primera fila, al escucharme dijeron que tenía voz de obispo (risas).

—¿Por qué llamaba feligreses a sus oyentes?

—(risas) No lo sé. Es algo que ya venía de mi época de Radio Nueva en Vinaròs y no tiene nada que ver con mi etapa en la COPE. Tal vez les llamaba así porque en ocasiones cuando estás delante de un micrófono es como estar delante de un púlpito con personas que te escuchan, algunos atentamente y otros para dormirse.

—También acuñó el término ‘taradas de mis higadillos’. ¿Y eso?

—(risas) Pues tampoco lo sé ni tiene base científica real. Lo cierto es que éste era un grupo de mujeres que me seguían al programa que fuera y al final acabó siendo como una reunión de locos en el que yo era el sumo sacerdote de todos ellos (risas). Pero bueno, eran muletillas que me iban saliendo y que luego se convertían en frases que repetía una y otra vez, como que en el programa siempre eran las siete menos veinte.

—Con esa voz y con la fama que adquirió, ¿alguna vez se desilusionaron al ponerle cara?

—(risas). Seguro que sí porque ten en cuenta Manu que los periodistas radiofónicos somos los grandes desconocidos. Somos ese tipo que se cuela en tu casa y en tu vida pero al que nunca le has visto la cara. Pero bueno, si alguna vez se desilusionaron conmigo nunca me lo dijeron porque vivimos en una sociedad en la que somos un poco hipócritas y siempre decimos lo bueno (risas).

—El caso es que ha dejado huella. ¿Es cierto que le crearon un grupo en Facebook llamado Atrapados por la magia radiofónica de Agustín Prades?

—(risas) Sí. Lo hizo Rosama Hevia, una fiel oyente de Cantabria a la que le mando un saludo fuerte. Lo creó después de que estuviera cocinando un plato y por culpa de escuchar mi programa se le quemara todo. Ya ves, cosas que pasan.

—En ese grupo cada muy poco tiempo añade una entrada que siempre comienza como «Y digo yo...» ¿Cómo se le ocurrió eso y sobre todo, cómo hace para tener siempre de qué hablar?

—Porque son mis reflexiones y porque desgraciadamente siempre hay cosas que mejorar en la isla y en la sociedad. Por ejemplo, yo todas las mañanas voy a desayunar al bar Pepe, al que le llamo mi oficina, y allí hay dos contenedores para recoger ropa. Es una iniciativa muy interesante pero el problema es que están en una curva muy peligrosa para los viandantes. Entonces... y digo yo... ¿por qué no se cambian de acera o se retrasan unos metros para que todo sea más sencillo? Pues bueno, todo lo de este canal es muy de este estilo.

—¿No ha pensado presentarlo al Consell o a los ayuntamientos?

—Sinceramente no creo que ese sea el problema. Además prefiero pensar que hay muchos políticos que son amigos míos en Facebook que leen todo esto y que a lo mejor les podría interesar.

—Ahora profesionalmente hace el programa People from Ibiza... Esta genial entrevistar a la gente de la isla porque en ocasiones no se los valora tanto....

—Es verdad y tenemos gente increíble viviendo en la isla. Pero esto es un mal endémico de España en general. Siempre valoramos más lo que tenemos fuera que lo que hay aquí.

—Después de tanto tiempo, ¿cual es la entrevista de la que se siente más orgulloso?

—Después de más de 400 no te sabría decir porque cada persona es un mundo distinto. Cada entrevista que empiezas es un camino nuevo que inicias y que acabas cuando le despides. Me costaría decidirme por alguna porque cada persona tiene una vida tan interesante que se podría escribir una novela sobre él. Y no hay nadie que sea más interesante que otro.

PROGRAMA

Hoy en la TEF a las 21.55 horas