Las aceras de la avenida de Bartomeu Roselló de Vila estaban repletas de gente que acudió, especialmente a partir del mediodía, en busca de los mejores descuentos para realizar sus compras en las rebajas de invierno. | Toni Escobar

Aunque la resaca navideña hizo que los clientes se mostraran más rezagados que de costumbre, las principales arterias comerciales de Vila se inundaron ayer de gente a partir del mediodía en el inicio oficial de las rebajas de invierno.
Era el primer día de descuentos en las grandes franquicias, que ofrecían rebajas de hasta el 50 por ciento, por lo que el grueso de clientes se concentraron en las tiendas de las marcas más populares hasta el punto de que se formaron largas colas en las cajas para pagar y en algunos locales apenas había sitio para moverse.
Algunos clientes como Sandra, de Ibiza, acudieron el primer día de rebajas «sin ningún propósito, simplemente para mirar», con un presupuesto previo de 100 euros que, como admitió, había rebasado en su primera compra en una franquicia de moda.
Un máximo de 200 euros se pensaban gastar Ruta, Luz y Lili, una madre y sus dos hijas que consideran que las rebajas «valen la pena». Luz había esperado a este día para comprarse una chaqueta de piel y la compró por la mitad de lo que valía. En cambio, Lili no tuvo la misma suerte y no encontró el jersey y las botas que estaba buscando.
Sin embargo, también hay personas que acuden a las rebajas casi por obligación. Es el caso de María José, que aguardaba la larga cola para comprar un regalo de cumpleaños. «Yo normalmente compro por internet. Hoy porque no tenía más remedio. Si no, no vengo», admitía. De la misma opinión es Ana, de Sant Antoni, que esperaba a las puertas de una tienda de ropa cargada con las bolsas que le había dejado su hermana para no tener que darse codazos con la multitud que hurgaba entre la ropa en el interior del local. «No entro porque las rebajas me agobian. Además, no valen la pena porque si te esperas a comprar algo probablemente no lo encuentres», señalaba.
Muchos aprovecharon también este primer día de rebajas para devolver los regalos de los Reyes Magos y llevarse más ropa por el mismo valor gracias a los descuentos. Lo explicaba sin parar de cobrar, Vera, una cajera de una franquicia que afirmaba que «la primera semana de rebajas es así, sin descanso».
Los locales de las grandes marcas de Bartomeu Roselló han sido los grandes beneficiados por las obras de peatonalización del centro de Vila al recibir los clientes que han dejado de ir a otras tiendas donde el acceso está limitado por las vallas que acotan la zona.
En las tiendas de Vara de Rey había más clientes que un día normal pero en la plaza del Parc el aspecto era inusual para un primer día de rebajas. Mar, encargada de Natura, reconocía que «este año no tiene nada que ver con el anterior». Por culpa de las obras, las ventas han caído en general un 25 por ciento. «Esta parte de la ciudad está muerta porque a la gente le cuesta mucho llegar hasta aquí. Este año no esperamos mucho de las rebajas», comentaba con resignación.
A unos metros de allí, Karina, empleada de la tienda de zapatillas Ibiza Pimp, aguardaba sentada la llegada de clientes mientras explicaba que apenas habían hecho caja durante las Navidades por culpa de las obras. Y eso a pesar de que las rebajas se mantienen casi todo el año «para que los clientes de todo el año tengan algún incentivo para llegar hasta aquí».