Pep ‘Vergeró’, en las instalaciones del Grupo Prensa Pitiusa. | DANIEL ESPINOSA

Al frente de los 200 asociados de la Asociación de Propietarios de Fincas Rústicas de Sant Josep está Pep Tur Vergeró (Sant Josep, 1967) desde hace casi tres años, una entidad que surgió en el año 2000 como respuesta a la intención del primer Govern Antich de declarar la zona de Cala d’Hort, Cap Llentrisca y sa Talaia como parque natural. Ahora, buscan crear una plataforma insular para defender los intereses de los propietarios de fincas tras las restricciones urbanísticas en suelo rústico.

—¿Cómo nace su asociación? ¿Por qué es necesaria la existencia de una asociación de propietarios de fincas rústicas?
—Pues para poder tener voz y fuerza ante la Administración, porque si no te asocias hoy en día no te escuchan. Creamos esta asociación a raíz de la intención de crear el Parque Natural de Cala d’Hort, que nos afectaba mucho al valor de nuestros terrenos para ver si podíamos pararlo y que se regulara. El parque natural no nos parecía bien porque había unas leyes que nos perjudicaban y seguimos luchando pendientes de modificaciones que puedan repercutir en suelo rústico e intentar conseguir un consenso que no llega nunca.

—Semanas atrás ustedes dijeron que la modificación del PTI por parte del Consell suponía «la mayor agresión de una administración al campo ibicenco». ¿Por qué?
—Que no puedas vender un trozo de finca puede estar bien porque, como dicen los políticos, conservaremos la isla. Pero lo que no tienen en cuenta son las personas que reciben una herencia y que, si su finca es grande, tiene unos elevadísimos costes para arreglarlo todo. Si esta gente no tiene gente para pagar, tendrán que buscarse la vida y si pudiesen cortar un trozo de finca donde se pudiera hacer una casa lo tendrían fácil para venderla a no ser que coincida que tienes un vecino que quiera unos metros para añadir a su finca que te los comprará sin mirar si se puede construir o no. Pero si no puedes hacer nada en ella, no te la comprará nadie ni tendrás el dinero para hacer frente a estos costes. Entonces llegas a un punto en que tienes que vender toda la finca y esto nos llevará a que en pocos años toda la isla esté en manos de extranjeros porque la gente de aquí se desprenderá de las finca.

—Pero los gobernantes dice que, precisamente, están protegiendo a los ibicencos que tienen fincas.
—Sí que dan la posibilidad a aquellos que dividan la finca en parcelas mínimas, sus herederos que sean familiares sí que podrán construir una casa. Pero sólo es en este punto porque si hay que buscar dinero del algún sitio ya no puedes contar con la finca. En estos momentos ya hay casos de gente que no sabe qué hacer porque no puede pagar estos costes tan elevados y la gente no les compra las fincas porque no pueden hacer nada en ellas.

—¿Los propietarios de fincas han estado especulando?
—Desprenderte de un trozo de finca no es especular sino buscarte la vida por donde puedes. Creo que es más especulación lo que hace la gente de fuera que compra terrenos que sabemos que los alquileres que cobran y cuando se deshacen de ellos el dinero no repercute en Ibiza sino que se quedan en sus países. Esta gente no tiene ningún problema porque normalmente sus casas están en zonas urbanizadas o en zonas costeras bonitas que ya están construidas donde la nueva normativa no tiene efecto, no en medio de Corona. A nosotros nos utilizan de excusa para justificar el daño que se ha permitido durante muchos años. Estamos pagando justos por pecadores porque los que tenemos las fincas es porque las amamos, no para especular, y ahora ves que te castigan cada vez más. Y además te piden que las tengas arregladas y limpias para que cuando vengan a pasear se puedan hacer fotos y que esté todo bonito. Bueno, pues ayúdame, porque no tenemos ninguna y tenemos que ser jardineros con nuestras fincas. Se habla de ecotasa, los hoteles hacen mucho negocio con el paisaje y estos millones de beneficios por qué repercuten en las propiedades. No interesa.

—De sus palabras entiendo que si los ibicencos se desprenden de sus tierras es porque no les queda otra alternativa.
—Así es. Si alguien se deshace de ellas es porque lo necesita. También sabemos que hay fincas en venta porque hay una herencia detrás, tiene muchos propietarios y tienen que deshacerse de ellas porque si se la quedara uno tendría que pagar mucho dinero a los demás.

—¿Hacen falta más viviendas en el campo? ¿No cree que ya ha suficientes?
—Ni lo uno ni lo otro. Lo que necesitamos es el derecho de poder hacértela si lo necesitas. En mi caso, tengo dos hijos y no sé si el día de mañana querrán hacerse una casa en la finca que les toque o irse a vivir a Vila. Ahora no le quedaría más remedio que irse a Vila porque no puede hacerse ninguna casa. Lo bonito sería tener la oportunidad de hacérsele en nuestro terreno si él quisiera, porque ahora nos han quitado esta posibilidad.

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—El Govern prohibió a principios de año la construcción en ANEI, como en Mallorca y Menorca. ¿Están de acuerdo que todas las islas se traten por igual?
—Si los ANEI se redefinieran y fuesen igual que en Mallorca no nos importaría, porque no estamos en contra de la protección. Las ANEI de allí son las puntas de los montes o zonas húmedas que tú sabes que allí nadie construirá nada, pero en Ibiza, sobre todo en Sant Josep, son bancales y terrenos llanos sin valor. Si se redefinen estas zonas ANEI, perfecto, pero nadie da el primer paso. Pero así como está ahora no nos parece bien. Y en las zonas LIC y ZEPA según la normativa lo que se busca es un equilibrio entre el desarrollo humano y la protección de la naturaleza y aquí se prohíbe directamente.

—¿Cuánto suelo rústico queda por construir en Sant Josep?
—Lo que ha quedado fuera de las prohibiciones es entre un 15% y un 20%. El decreto urbanístico del Govern también afectó mucho a la agricultura ya que para tener un huerto de autoconsumo para sembrar dos tomates y dos patatas nos obligan a pedir un permiso de interés general. Nos parece un absurdo.

—¿Es imposible cuidar de las tierras y del paisaje sin una vivienda cerca?
—Imposible no pero sí que cuesta más ir a labrar el campo si no vives al lado.

—¿Qué opinión tenían del PTI antes de su última modificación?
—Pensamos que lo de antes se podía arreglar mucho y ahora se tiene que arreglar muchísimo. En cuanto a las medidas de lo que te dejan construir, se está vendiendo algo que creo que no es correcto. Dicen ahora que te dejan hacer una casa de 300 m2 pero esto es lo máximo ya que puedes construir un porcentaje de la finca. En una finca mínima de 15.000 m2 puedes hacerte una casa de 210 m2, pero también te cuenta el almacén, el corral y la terraza, por lo que la casa acaba siendo muy pequeña.

—¿Los dirigentes del Consell o del Govern se han puesto en contacto con ustedes para saber su opinión?
—No. Cuando estaba Joan Boned de conseller le pedimos por escrito reunirnos con él y nunca tuvimos una respuesta. Luego entró Marc Pons, le escribimos y también estamos esperando una respuesta. Con el Consell también nos costó bastante. Quisimos hablar con Pepa Marí y el presidente pero al final nos atendió el director insular de Territori, David Aarón López. Hicimos otra petición y al final nos atendió Pepa Marí. Es muy difícil reunirnos con ellos. El otro día, en el Consell a la Plaça, hice una pregunta a Pepa Marí y en la réplica me contestó Vericad y en su tono dejó claro que no se cambiaría ni una letra de lo aprobado, por lo que piensas que poco podremos rascar.

—¿Y se quedarán de brazos cruzados?
—No. Desde la Asociación decidimos hacer una plataforma para poder juntar la voz de todos los afectados de Eivissa. Con la Plataforma en Consens del Territori la intención es poder ir a la Administración, que nos tengan en cuenta, que nos escuchen y conseguir una ley duradera, que regule y no prohíba. Hay mucha gente afectada, no solo los propietarios.

—Hábleme después de año y medio?
—Representamos a gente de todos los ideales y de todos los colores, pero cuando a uno le tocan sus tierras los colores se pierden. Nuestra asociación se ha reunido con Podemos, con el PP, con el Consell y nos reuniremos con todos. Aquí hay familiares de gente del GEN, del PSOE, del PP... representamos a todos.