Los asistentes a la jornada celebrada por Waldorf disfrutaron de actividades al aire libre durante toda la mañana. | Toni Escobar

Música en vivo, obras de teatro, degustación de comida casera y hasta puestos de venta de todo tipo de artículos. Así celebró ayer la asociación Waldorf Ibiza una nueva edición de su mercadillo navideño, donde los más pequeños de la casa disfrutaron envueltos de la naturaleza.

Las familias que acudieron a esta jornada, también tuvieron la oportunidad de conocer de primera mano la pedagogía utilizada por este centro a través del material Waldorf y con una charla llevada a cabo por los profesores. La misión de los maestros del centro escolar no es otra que «educar para la mente, el cuerpo y el corazón». «El pensar, el sentir y el hacer es en lo que se basa la educación Waldorf. Nosotros, a lo largo de todo el programa de estudios, trabajamos los tres aspectos», explicó David Sanz, profesor de este centro.

Como Sanz, Tania Blanco, maestra, también recordó que lo que intentan es despertar el interés y la motivación por la educación en los niños y, según añadió, muchos no se quieren ir de clase porque se encuentran muy cómodos. «Fomentamos la parte artística y el asombro por la vida, más que memorizar algunos contenidos que no se adecuan a la edad de los chicos», dejó claro la propia Blanco.

Parte de las madres y padres que asistieron no dudaron en indicar el buen hacer de estos centros que «fomentan un ambiente de interés y alegría por aprender». Uno de ellos fue Guido Kosowski, padre de Dana, una joven que estudia en este centro. Kosowski explicó que se siente satisfecho de traerla aquí «porque aprende con entusiasmo y es escuchada por los profesores».

Lo cierto es que la jornada se convirtió en una manera de anticiparse a la Navidad con actividades lúdicas y diversión para los más pequeños con la idea de que hay otra manera de educar: a través de la creatividad para despertar el entusiasmo y la alegría por el aprendizaje.