Imagen del belén de Isabel Torijano y Jesús Traspas, ayer en Dalt Vila. | DANIEL ESPINOSA

El tradicional belén de Jesús Traspas e Isabel Torijano luce un año más, próximo a las fiestas navideñas, en su ubicación habitual de Dalt Vila. Se trata de un belén que surgió casi por casualidad, coincidiendo con la declaración de Dalt Vila como Patrimonio de la Humanidad y que, cerca de 15 años después, ya se ha convertido en una tradición de la Navidad ibicenca.

Como cada diciembre, este belén para el que se aprovechan desde el primer día maniquíes, muñecos e incluso figuras de animales regalados por los vecinos, luce en el patio de la vivienda de este matrimonio, vecino de Dalt Vila y conocido como Traspas y Torijano. Este año tres cerditos y una cabra, inversión de los autores, se suman al nacimiento de Dalt Vila.

‘Paz y amor sin mirar color’ es la frase que reza junto a esta representación, y es que se da la circunstancia que los maniquíes que se utilizaron desde el principio eran y son negros y el muñeco que figura al niño Jesús, (regalo de los hijos del matrimonio a Isabel Torijano, mucho tiempo antes de que se comenzara a montar el belén), también es negro. En un belén en el que sus autores cuidan todos los detalles, pues ahora mismo, la maniquí que figura a la Virgen simula su embarazo y no será hasta la noche del 24 de diciembre que aparezca el niño.

Esta familia cristiana, pero no practicante, asegura que con el belén pretendieron desde el principio lucir «este barrio tan bonito y tan emblemático que no se termina de entender que se quede vacío». Las instituciones, «da igual del color político que sean, porque llevamos aquí más de 30 años viviendo y lo sabemos bien, como que se olvidan de que existe Dalt Vila en Navidad. Somos la base de muchísimo, Patrimonio de la Humanidad, pero los grandes olvidados», dijo Isabel Torijano.

Con lo que la intención de este nacimiento en Dalt Vila es «que la gente no olvide que tenemos un barrio maravilloso y que todavía hay gente que amamos mucho a Dalt Vila, que lo disfrutamos mucho y que si el Ayuntamiento no pone luces ni villancicos, lo ponemos nosotros», explicó Isabel.

Traspas y Torijano son los encargados en Dalt Vila de, además de montar el belén cada año, la iluminación y la banda sonora con los villancicos que comenzarán a sonar el próximo lunes.