Era noche cerrada en Sant Antoni cuando el dispositivo de la Guardia Civil irrumpía en el ‘Paraíso’. Los imanes de los grupos yihadistas prometen a los terroristas suicidas los placeres del paraíso musulmán o Jannat. El ‘Paraíso’ de Sant Antoni es más terrenal y se sitúa en el número 7 de la Travesía del Mar.

En este punto, en un tercer piso, vive desde hace unos años Abdelkrim el Merabet. Este punto y la mezquita de Masllid al Fath están considerados por la investigación como la base de operaciones desde donde difundía «mensajes cada vez más radicales y propaganda del Daesh».

Eran las 5.30 horas cuando una unidad de agentes de la Agrupación Rural de Seguridad (ARS) de la Guardia Civil irrumpía en el paraíso terrenal de Abdelkrim a golpe de ariete y al grito de ¡Guardia Civil!

Simultáneamente, otra unidad especial de intervención llevaba a cabo la misma operación en el número 38 de la calle Cervantes.

Este golpe de la Guardia Civil contra el yihadismo movilizó a una veintena de agentes de la ARS llegados desde Valencia, otros tantos de la Usecic de la Comandancia de Palma y una treintena más de agentes de la Unidad Central Especial (UCE).

El dispositivo desplegó un perímetro de seguridad con controles y vehículos posicionados en la avenida Isidor Macabich y las calles Soledad, Cervantes, Sant Rafel y Bartomeu Vicent Ramón.

Con las primeras luces del día el despliegue sorprende a decenas de vecinos y turistas.

Despliegue en ses Variades

La noticia de los tentáculos de Daesh en Sant Antoni se extiende por todo el municipio y llama la atención de todas las personas que transitan por ses Variades.

Los agentes de la UCE registran e inspeccionan el material intervenido en cada casa y se trasladan de una vivienda a otra, separadas por algo más de 200 metros.

«Estoy muy sorprendida porque venía para tomar un café con mi hijo y me he encontrado todo esto», señala la madre de Abdelkrim. Junto a ella encontramos a Mohamed, hermano de la mujer del detenido. «Estoy muy preocupado porque ahí dentro está mi hermana con las pequeñas», nos apunta antes de tomar posición en un portal que ya no abandonará hasta pasadas las 13.20 horas con la marcha del todoterreno que se lleva a su cuñado detenido.

«Abdelkrim es una buena gente. Hace unos años (2010) fue detenido por una denuncia pero aquello quedó archivado», señala Abdulah Gibare, quien apunta que este fin de semana iba a empezar a dar clases de árabe a los niños. Muy cerca, otro vecino que prefiere mantenerse en el anonimato apunta que «ese chico hacía cosas muy raras, especialmente en esas clases con menores».

Los perímetros de seguridad se van estrechando y a las 11.45 horas, media docena de agentes de la UCE comienzan a bajar maletas y varias cajas del segundo piso del número 38 de la calle Cervantes. Apenas cinco minutos después, dos agentes custodian la salida del primer detenido. Jalal se cubre con una toalla y el traslado hasta el furgón de la Guardia Civil es seguido desde los balcones y calles próximas por decenas de vecinos.

El foco de atención se traslada ya exclusivamente a la confluencia de la calle Estrella con la Travesía del Mar. Hasta allí han llegado diversos representantes de la comunidad musulmana en la isla que toman la palabra para valorar la labor que venían realizando los detenidos en la mezquita. Las versiones son diferentes.

Momentos antes, el dispositivo de la Guardia Civil ha permitido el paso a la vivienda del detenido a una familiar que está «muy preocupada por la pequeñas».

En torno a las 13 horas los movimientos se intensifican con la bajada de los archivadores y cajas que contienen todo el material intervenido en la vivienda del imán.

Un cuarto de hora después, los agentes acompañan los pasos de Abdelkrim hasta el todoterreno. Lo hace esposado y con un jersey en la cabeza. Una veintena de reporteros gráficos toman las últimas imágenes. Con la marcha del detenido, el despliegue de medios y curiosos se evapora y el ‘paraíso’ retoma la tranquilidad, más de siete horas después.