Ajram explicó durante la ponencia en Santa Eulària que sus tatuajes le diferencian de otros ‘brókers’. | Toni Escobar

A través de un divertido relato de su historia personal, trufada de pequeños fracasos y grandes éxitos, el ‘tatuado’ experto en Bolsa y triatleta barcelonés Josef Ajram abordó ayer las claves de la gloria empresarial en una ponencia impartida durante los Premis de la PIMEEF 2016.

El sueño de Ajram, hijo de un emprendedor iraní que viajó a España para cursar medicina, era trabajar en Bolsa. Con 21 años dejó Administración y Dirección de Empresas y, como Leonardo Di Caprio en ‘El Lobo de Wall Street’, acudió diariamente a la Bolsa de Barcelona hasta que le ofrecieron una oportunidad laboral.

El televisivo ‘broker’ defiende el poder de la especialización como garantía de éxito profesional («ser el mejor en algo muy concreto»), y aconseja a los empresarios «ser exquisitos con la atención al cliente», ya que hoy en día tiene «un poder muy importante» en Internet y las redes sociales, donde pueden «hundirte con comentarios negativos».

Para tratar de conseguir «la fórmula de la felicidad» decidió en 2002 reducir su maratoniana jornada laboral para emprender su propio negocio, al tiempo que se zambullía en los deportes de ultrafondo (ha competido en Iromans y pruebas como la Titan Desert o la Maratón des Sables). Este tipo de hazañas le enseñaron, admitió, la importancia del trabajo en equipo y también a «fraccionar los objetivos» para alcanzar las metas sin renunciar a ellas.

«La Bolsa me enseñó a ser eficiente. Yo marco unas tareas a realizar y es mejor ser productivo y dar el 100% durante 4 horas que el 60% durante 6», explicó a los asistentes. Ajram opina que «el fracaso no existe» y considera que «tu maestro es tu último error».

Tras la ponencia llegó el turno de preguntas y el primero en lanzarse fue el alcalde de Vila, Rafa Ruiz, quien pidió una valoración a Ajram sobre la clase política. La respuesta fue, cuanto menos, llamativa: Subir exponencialmente el sueldo a presidentes y alcaldes para poner al frente a los gestores más cualificados.