En Talamanca utilizan este acceso multitud de aficionados al mar. Arriba, un panel de Costas con los accesos acondicionados. | Toni Escobar

La histórica falta de puntos de amarre provoca que desde hace décadas muchos propietarios de pequeñas embarcaciones utilicen los remolques de sus coches para acceder al mar.

Con la operatividad de las rampas de varada se pretendió en 2009, bajo el gobierno de Xico Tarrés, poner orden a esta actividad y minimizar las molestias al resto de usuarios de la zona costera.

Aquel año se presentó el plan de adecuación y reparación de rampas de acceso al mar que puso en marcha la Demarcación de Costas de Balears a petición del Consell Insular. Esta actuación buscaba como objetivo mejorar la accesibilidad a la costa para los usuarios de pequeñas embarcaciones, regulando el tráfico y descongestionar las zonas de acceso, especialmente durante los meses de verano.

Aunque los trabajos de reparación debían afectar a nueve puntos de acceso al mar, actualmente solo existen seis rampas de varada acondicionadas e incluidas en el proyecto de mantenimiento, conservación y protección del litoral pitiuso de Costas. En el municipio de Eivissa se encuentra la rampa de sa Punta de Talamanca; en Santa Eulària un acceso en el puerto de la localidad y otro más en Pou des Lleó; en Sant Joan hay una única rampa en Portinatx; en Sant Antoni la ubicada en Caló des Moro; y en el municipio de Sant Josep, el que cuenta con más kilómetros de litoral, solo existe uno habilitado en Punta Xinxó, en la zona de Cala de Bou.

Esta situación afecta principalmente a residentes y aficionados a la navegación como Joan y María, quienes denuncian que en la isla «no hay sitios para tirar nuestro barquito pero sí todas las facilidades para los megayates». Critican que en el municipio de Sant Josep «no hay ningún acceso hasta llegar casi a Sant Antoni» y que en el de Portinatx «al intentar sacar el coche te llevas por delante el quiosco y los turistas». «Payeses como nosotros no tenemos donde sacar el barco. Mucho turismo de lujo pero, ¿y los de aquí, qué?», se pregunta indignada María.

Aunque el Consell no tiene competencias en esta materia, fuentes de la institución señalaron al respecto que «apoya que los municipios soliciten los que consideren pertinentes».