El piso de la primera planta donde se originó el incendio quedó completamente arrasado por las llamas, que se extendieron a las otras dos alturas superiores. | DANIEL ESPINOSA

«Vosotros me echáis pero yo antes le pego fuego a la casa». Son algunas de las amenazas vertidas por José María S.S., mientras abandonaba el edificio que, presuntamente, incendió tras derramar acetona. El hombre de 58 años declarará hoy ante el juez. Ayer se negó a declarar ante la Guardia Civil pero la mañana del lunes, minutos después de iniciarse el fuego, se personó en el retén de la Policía Local de Sant Antoni y confesó haber sido el autor del fuego que quemó buena parta del inmueble de tres plantas del número 28 de la calle Vara de Rey de Sant Antoni. Ayer por la tarde, 36 horas después del incendio, los vecinos regresaron al escenario donde todavía era bien visible los destrozos causados por el fuego. En el ambiente se respiraba el olor a quemado y también la indignación de los vecinos con el incendiario, y también con las autoridades que, a mediodía, les habían apuntado la posibilidad de regresar a las diez casas menos afectadas por las llamas. «Es imposible que alguien duerma en el edificio en las condiciones en que está. Los técnicos pueden decir lo que quieran pero no es de recibo que el Ayuntamiento quiera que la gente vuelva a las casas en estas condiciones», señaló una de las vecinas afectadas.

En torno a las 17 horas, los vecinos se concentraron en la puerta del edificio sellado por un precinto de la Guardia Civil. Hasta la calle Vara de Rey se desplazó la concejala Gobernación, Aída Alcaraz, y el de Cultura, Fran Tienda. Algunos vecinos les trasladaron su malestar y la sensación de desamparo.

Los responsables municipales apuntaron que se trata de un problema privado y que el Ayuntamiento sólo puede dar soluciones temporales ante situaciones de emergencias. Los dos pisos más afectados, un primero y el segundo permanecían precintados pero el resto, según los informes técnicos, podían ser ocupados ya que la estructura no está dañada. Sólo los vecinos de dos casas optaron por regresar.

Una de las más afectadas era Carmen, la vecina que tenía realquilada una habitación al incendiario. «Lo he perdido todo. El dinero, mis vestidos, todo. Me ha dejado en la calle», señaló antes de romper a llorar. Carmen no sabía si pasaría la noche en casa de unos amigos o en el piso que ocupa su nieta en la tercera planta.
Otro de los damnificados fue Servicios Gráficos Luzmenú, el negocio localizado en los bajos del edificio. Su responsable, César Sánchez, apuntó que «podría haber pasado una desgracia. Intentamos atacar las llamas por detrás con un extintor pero era imposible para ese fuego».

Anoche, el Ayuntamiento buscaba un alojamiento para lo vecinos que no tenían un lugar donde dormir.
La noche del lunes, una docena de vecinos la pasó en el polideportivo de ses Païsses. A escasos metros pero en un calabozo del cuartel de la Guardia Civil estaba el presunto incendiario que provocó una mañana de tensión en el centro de Sant Antoni.

José María declarará hoy ante el juez. El domingo, tras una discusión, Carmen le dijo que abandonase su casa. Lo hizo el lunes dejando un rastro de destrucción.