Arriba, el vigilante y la barrera de plástico que se puso tras la rotura de la primera barrera. A la izquierda, colapso de coches mal aparcados antes de los controles de acceso. | Toni Escobar

El Ayuntamiento de Sant Antoni se plantea cambiar la ubicación de la primera barrera de cala Salada para la temporada que viene con el objetivo de reducir el colapso y las molestias a los vecinos de la zona, según explicó ayer el concejal de Medi Ambient y primer teniente de alcalde, Pablo Valdés. «Lo único que puede variar de cara al año que viene es la ubicación de la primera barrera; es posible que el año que viene se varíe unos 100 metros más arriba o hacia abajo, lo estamos estudiando. Por el momento estamos recogiendo impresiones de usuarios y vecinos de la zona para cuando llegue el invierno poder hacer mejoras y que el verano que viene funcione mucho mejor. Para esta temporada se mantendrá donde está [en los arcos] minimizando las molestias que haya y cuando acabe haremos una valoración sobre cómo ha ido este verano la experiencia piloto. De momento está funcionando bien esta restricción de tráfico», precisó Valdés. Sobre qué localización están barajando para mover la primera barrera, Valdés precisó que aún es pronto para determinar cuál será la ubicación ya que hay diferencia de opiniones entre los vecinos.

Barrera rota

Cabe recordar que a finales del mes pasado la primera barrera de Cala Salada amaneció rota, razón por la cual la Policía Local de Sant Antoni inició una investigación para determinar si se trataban de actos vandálicos. Según explicó el concejal Pablo Valdés, esta investigación ha concluido y fue un camión que, al maniobrar para dar marcha atrás, rompió la barrera. «Estuvo la Policía investigando y parece ser que un camión maniobrando le dio un golpe y se rompió, por lo que pasó parte al seguro. Hemos pedido una nueva barrera a la empresa y, por lo que comentan, no tardará en llegar a Eivissa. Independientemente de quién hubiera roto la barrera teníamos claro que se debía reponer antes de que acabe el verano», precisó Valdés. Desde que este camión rompió la barrera a finales de junio, el primer punto de control y acceso se está controlando con un vigilante y vallas de plástico, según recordó ayer Valdés.

Usuarios de la playa y vecinos de la zona siguen sin estar totalmente de acuerdo con esta restricción de tráfico y acceso a la playa. Los usuarios se quejan de la falta de información sobre este proyecto piloto, mientras que los vecinos lamentan que el aparcamiento de los coches se acumule ahora en los caminos aledaños a esa playa, como el que discurre hacia Punta Galera.