La recaudación del impuesto turístico sostenible generó ayer las primeras dudas entre los hoteleros durante el primer día de entrada en vigor de la denominada ecotasa. En líneas generales, los clientes no pusieron demasiadas objeciones al hecho de tener que hacer frente a un nuevo gravamen, pero en la recepción de algunos establecimientos turísticos reglados, que son quienes deben ejercer como recaudadores de la tasa para el Govern, todavía existían ayer algunos cabos sueltos derivados de una supuesta falta de concreción en las prescripciones oficiales.

En algunos hoteles no tenían claro si debían cobrar la tasa a los turistas que pernoctan desde finales de junio y que aún permanecerán unos días alojados en sus establecimientos. De hecho, cuatro de los 10 hoteles consultados para elaborar el reportaje no repercutirán el impuesto a los clientes que realizaron su entrada antes del 1 de julio, mientras que otro establecimiento de categoría superior está estudiando la posibilidad de asumir este año el coste de la ecotasa gracias al sistema de pago por módulos.

Por módulos

La Federación Hotelera de Ibiza y Formentera ha calculado la recaudación que supondrá el impuesto en las Pitiüses y que asciende a 10.178.158 euros anuales, una cantidad que este año se reduce a 6,8 millones por haberse comenzado a cobrar ayer, 1 de julio. Esta cifra se obtiene gracias al cálculo que permite hacer la modalidad de pago por módulos a la administración, un sistema por el que los hoteleros abonarán, en dos tandas (septiembre y enero), una cantidad fija que se calcula según el número de plazas turísticas, categoría del establecimiento y tiempo que permanece abierto. Llama la atención que, de este modo, si el hotel logra una ocupación más alta de lo que se prevé en el cálculo de los módulos, el empresario puede salir beneficiado, un resultado que la gerente de Fomento de Turismo, Ángeles Nogales, califica de «tramposo» porque dice «convierte en cómplice» al hotelero, que siempre se ha manifestado «en contra de este impuesto».

Uno de los principales inconvenientes que esgrimen los encargados de cobrar la tasa, que oscila entre los 55 céntimos y los 2,20 euros (IVA incluido) por persona y día, es que deben repercutirlo a quienes ya abonaron su reserva a través de agencia de viajes o touroperadores. Para algunos recepcionistas «resulta incómodo» y genera «vergüenza» exigir un pago añadido al cliente cuando llega el primer día al hotel. Buena parte de la planta hotelera pitiusa ha adecuado sus programas informáticos para que calculen automáticamente la facturación del cliente con el impuesto turístico ya incluido, pero según manifestaron ayer desde varios hoteles el principal engorro radica en perder tiempo explicando al cliente el motivo del pago extra y en emitir la correspondiente factura.

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Cantidad asumible

En general, los turistas se mostraron comprensivos con esta tasa. Muchos aseguraron ayer que en sus países se cobra y que un euro por día y persona «no es una cantidad excesiva». Algunos decían que se habían visto «sorprendidos» por encontrarse con este concepto haciendo la reserva por internet y otros reconocían «no saber qué era aquel impuesto», aunque esperaban que los recepcionistas les explicaran «si ellos lo tenían que pagar».

Los trabajadores consultados admitieron que los primeros clientes a quienes se les ha efectuado el cobro «no han puesto pegas» ya que muchos de ellos pagan impuestos turísticos de mayor cuantía en otros destinos. «Nuestro programa gestiona las entradas a partir de hoy [ayer para el lector]. La gente que se va mañana o pasado ya me tiene que pagar aunque lleven una semana, y se lo tenemos que decir. De momento me han pagado unas chicas y tampoco se han quejado», explicó una empleada.

Otra de las reivindicaciones que transmiten a la administración los hoteleros es que facilite hojas oficiales, «como las de reclamaciones», en las que se explique en varios idiomas el sentido y la finalidad del impuesto «para que se sepa que proviene del gobierno y que no es un capricho del hotel». El regente de un hostal para ‘mochileros’ de ses Figueretes indicó que la puesta en marcha de la recaudación de la ecotasa por parte de los establecimientos turísticos «ha sido un poco confusa» porque, a su juicio, «no se ha explicado bien».

En lo que sí coincidieron la mayoría de hoteleros preguntados es en que dicho impuesto debería cobrarse en puertos y aeropuertos; por un lado para evitar «un trabajo extra para los recepcionistas, que no perciben un plus por ello», y por otro para no incurrir en un agravio respecto a los turistas que pernoctan en alojamientos no reglados y que desde la patronal cifran entre un 40 y un 45% del total.