De punta en blanco estaban ayer los joaners en el día grande de las fiestas de su patrón. Desde antes de la hora de la misa, a las 12.00, vecinos, turistas y residentes en la isla que se desplazaron a Sant Joan, esperaban el inicio de las celebraciones con mucha alegría y en un ambiente en el que predominaba lo local. Los payeses y extranjeros residentes en la localidad se mezclaban formando un ambiente curioso al más puro estilo Eivissa, pero esta vez para conmemorar un día de lo más tradicional, que gustó a todos, incluidos los 28 ancianos de Sa Residència que acompañados de cuatro miembros de la Associació de Voluntaris d’Eivissa disfrutaron y animaron la mañana, incluida María, vecina de Sant Joan, ingresada en la residencia que no acudía a las fiestas hace muchos años y que se mostraba «muy contenta». También María Torres, compañera de la anterior, que celebró su cumpleaños.

La iglesia del pueblo lucía espectacular con una decoración floral, abundante y hermosa, y con el olor de la frígola en flor que inundaba el templo. El obispo de Eivissa, Vicente Juan Segura, ofició la misa junto al párroco de la localidad durante más de una hora. En ella participaron además en los responsos miembros de Sa Colla de Labritja.

Al termino del oficio religioso Sant Joan era sacado en andas por los miembros de su cofradía a los que seguían otras imágenes y la comitiva religiosa y de autoridades, así como una representación muy nutrida de representantes del PP y del PSOE en su último día de campaña.

Después del recorrido, todos volvieron a la explanada de la iglesia donde dieron comienzo las actuaciones del grupo folklórico l´Aljama de Bétera (de Valencia) y Sa Colla de Labritja, todos ellos luciendo sus mejores galas. La visita de los valencianos se enmarca en una serie de colaboraciones entre las dos formaciones que en el último año se han visitado mutuamente en un intercambio para promocionar sobre todo la participación de los más pequeños. Y las tres valencianas más jóvenes, Carla, Amparo y María, estaban encantadas con la experiencia.

Los invitados fueron los que abrieron la fiesta, interpretando un baile típico de su tierra, el Baile de las Cintas, que es uno de los más tradicionales de la cultura valenciana. Los de Bétera interpretaron música recopilada de la tradición oral. Además, bailaron jotas, fandangos, mazurcas y pudimos asistir a la interpretación del tambor y la dulzaina. Asimismo, los integrantes de la Orquesta Juvenil de Bétera se encargaron de los instrumentos de cuerda.

Le siguió Sa Colla de Labritja con lo mejor de su repertorio que fue muy aplaudida por todos los asistentes y que se caracterizó por la juventud de sus integrantes. Para terminar corrieron bunyols, orelletes y bebidas.

El alcalde Antoni Marí Carraca, que presidió las celebraciones, agradeció a la concejalía de Festes por la realización del programa de actos que incluye actividades culturales «como una conferencia de Benjamín Costa sobre es Culleram», que tiene lugar hoy a las 20.30 y que Carraca quiso resaltar. Además, Marí se felicitó por la celebración de la noche de Sant Joan, en la que no hubo ningún incidente y que como todos los años se celebró en la localidad hasta altas horas de la madrugada, en concreto «hasta las 04.00 de la madrugada con media hora de gracia, pero a las 4.30 los operarios del Ayuntamiento empezaron con la limpieza y la recogida del pueblo para la celebración hoy del día grande», aseguró. Todos los que acudieron al pueblo disfrutaron de las música y de las hogueras que se encendieron a las 11 de la noche y que como cada año los asistentes pudieron saltar para quemar lo viejo y recibir lo nuevo.

Los vecinos con sus mejores galas estaban felices de celebrar el día de su pueblo, «si no tenemos nada malo, aquí estamos todos los años», aseguró Antonia Torres.