La Ley de Sanidad Animal tipifica como falta grave el abandono de cadáveres con riesgos sanitarios | Ana Fernández / Renato Steinmeyer

Los propietarios del islote de es Vedrà, conocidos como vedraners, lamentaron ayer la decisión del Govern de matar a escopetazos el medio centenar de cabras que habitaban en el islote de manera continua desde 1992, cuando se repobló por última vez tras dos décadas sin que hubiera ningún ejemplar.

Desde entonces y hasta el año pasado, los vedraners cumplieron con la tradición de navegar hasta el islote para capturar y matar varios ejemplares de machos cabríos con los que celebrar el Domingo de Pascua. «Pedíamos permiso, no íbamos a escondidas», señala uno de estos veteranos vedraners, que prefiere mantenerse en el anonimato, y que también señala que el Govern «nos amenazó con una multa de 6.000 euros por tener allí las cabras. ¡Pero si nadie sabe quién las ha llevado allí!», se queja el vedraner.

Pacto roto

Este mismo propietario apuntó que en la última legislatura progresistas (2007-2011), los vedraners habían llegado a un acuerdo verbal con el Govern balear para reducir la población de cabras en es Vedrà y dejar solamente dos machos y entre diez y doce hembras, «pero faltó reflejarlo en un documento», apunta uno de los dueños del islote, quien también explica que el abandono de los animales en es Vedrà podría suponer una falta administrativa. Y es que el apartado 20 del artículo 84 de la Ley 8/2003, de 24 de abril, de Sanidad Animal establece como falta grave «el abandono de animales, de sus cadáveres o de productos o materias primas que entrañen un riesgo sanitario para la sanidad animal, para la salud pública o contaminen el medio ambiente, o su envío a destinos que no estén autorizados».

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Una de las razones que la Conselleria de Medi Ambient esgrimió para no trasladar las cabras a Eivissa fue, precisamente, que no han pasado ninguna revisión sanitaria, por lo que deberían pasar una cuarentena.

El partido animalista PACMA criticó a través de las redes sociales la decisión del Govern de matar a las cabras de es Vedrà, y tras conversar telefónicamente con el conseller de Medi Ambient Miquel Vericad, «la conclusión es que según la opinión de Govern y Conselleria no era posible sacar con vida a las cabras debido a lo abrupto del islote». Los animalistas reiteran su «absoluta disconformidad con esta actuación y hemos dejado evidenciada que en nuestra opinión existía la posibilidad de trasladarlas paulatinamente colocando jaulas o corrales trampa o con métodos anestésicos si no se hubiera realizado con las prisas y la falta de solicitud de colaboración por parte de los entes gubernamentales».

Podemos se desmarca

Por otro lado, Podemos Eivissa también expresó su «disconformidad con la forma que ha escogido la Conselleria de Medi Ambient del Govern para eliminar la presencia de cabras en es Vedrà». Para los podemitas «se debería haber planteado una solución alternativa», ya que el método escogido es «cruel». Podemos se desmarca de la decisión del Govern al considerarla de «gran insensibilidad con los derechos de los animales», aunque consideran que «era necesario sacar las cabras de es Vedrà».