El director del Servicio de Salud de las Islas Baleares, IB-Salut, Miquel Tomàs Gelabert, ha asegurado hoy que el cierre de camas en los hospitales públicos está ligado a la programación de las operaciones quirúrgicas, que a su vez está relacionada con las vacaciones de los cirujanos.

Tomàs ha señalado en una rueda de prensa para dar a conocer las listas de espera sanitarias en los hospitales públicos de las islas que el plan de verano del cierre de quirófanos y camas es «dinámico», ya que varía en función de las necesidades, como ha ocurrido en Ibiza.

«No tendría sentido que se mantuviesen abiertos los quirófanos sin el personal necesario para operar», ha dicho Tomàs al ser preguntado sobre la programación de operaciones y camas hospitalarias en estos meses de verano, que no ha llegado a precisar en cifras.

Ha insistido en que el IB-Salut solicita con antelación a los directores de los hospitales su programación quirúrgica para poder establecer el número de camas hospitalarias que se mantendrán abiertas así como los quirófanos.

«Hacemos un plan de verano de cierre de camas de hospitalización que va ligado a la actividad quirúrgica, tienen derecho a unos días de vacaciones (...) Depende de las vacaciones programadas de cada uno de los hospitales», ha manifestado el director del IB-Salut.

En este sentido, ha expresado que «al final de verano» se verá cómo han repercutido las vacaciones de personal en el cierre de camas y quirófanos.

Por su parte, el sindicato de Enfermería SATSE ha afirmado que el Servicio balear de Salud ha cerrado 300 camas en los hospitales públicos y ha criticado que «el plan de ahorro estival mantiene quirófanos inutilizados» que la Conselleria de Salud se niega a cuantificar.

En este sentido, el sindicato señala en una nota de prensa que que solo en Son Espases un tercio de los quirófanos están cerrados diariamente este verano, «llegando a inutilizar en ocasiones la mitad de éstos».

En opinión de SATSE, las listas de espera dadas a conocer hoy por Salud «ponen en evidencia el retroceso del sistema sanitario autonómico que es históricamente uno de los peores financiados de España».

Recuerda que Baleares es la segunda comunidad que menos presupuesto destina anualmente a la sanidad pública con 1.053 euros per cápita en 2014, sólo por encima de Andalucía.

Considera además que «buena prueba del declive del sistema» sanitario lo señala el último barómetro sanitario del Ministerio de Sanidad y el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) que revela un descenso generalizado en la puntuación que los ciudadanos hacen del Sistema Nacional de Salud.

En el caso de Baleares, el nivel de satisfacción de los usuarios del IB-Salut ha bajado 22 puntos, del 80% en 2011 al 57,94 % el año pasado.

SATSE recuerda que desde 2011 hasta hoy se ha reducido en un 4,72 % la plantilla de personal sanitario balear, lo que supone la eliminación 615 empleos, que no tiene en cuenta «la política de no sustituciones».

«Los recortes en sanidad conllevan recortes en la calidad del servicio asistencial», afirma el sindicato, que concluye que bajo estas circunstancias, «no se garantiza, ni de lejos, un sistema sanitario público de calidad».