Imagen de la puerta que se instaló ayer para iniciar los trabajos de limpieza. | Guillermo Romaní

En el día de ayer se acabó de instalar una puerta provisional, eliminando los bloques que tapiaban la antigua puerta, que permita acceder al interior del Cementeri Vell de Sant Francesc para iniciar las tareas de rehabilitación y recuperación de un espacio que forma parte del patrimonio histórico de la Isla.
El recinto se construyó a mitades del siglo XVIII y se clausuró hace más o menos 70 años cuando se inauguró el nuevo cementerio en los primeros años de la postguerra española.
El Obispado presentó meses atrás una licencia de obras menores para habilitar una puerta de acceso al recinto así como para efectuar trabajos de rehabilitación y mantenimiento de la estructura de las capillas que hay en dicho recinto.

Decisiones futuras
Al tratarse de un Bien de Interés Cultural, BIC, el Consell decidió colaborar con los trabajos por lo que de momento se procederá al desbrozado del terreno, lleno de arbustos, malezas e incluso árboles, para posteriormente, según avanzó el párroco de Formentera, Miquel Àngel Riera, proceder a unas catas para evaluar la existencia de restos de enterramientos. A partir de entonces se determinará las actuaciones a emprender y el coste de las mismas que, en principio correrían a cargo del Obispado con participación del Consell de Formentera.
El Cementeri Vell de Sant Francesc Xavier situado a unos cincuenta metros de la iglesia parroquial data de mitades del siglo XVIII, y para el historiador Santi Colomar «tiene un valor histórico y patrimonial indiscutible y está íntimamente ligado a la iglesia de Sant Francesc, forma parte del paisaje tradicional de la capital y es una parte sustancial del casco histórico». Colomar no oculta que personalmente piensa que «el Cementeri Vell debe restaurarse, eliminar los posibles restos enterrados y abrirlo al público».

Un ejemplo
El arquitecto formenterés, Marià Castelló, por su parte, considera que el Cementeri Vell de San Francesc «es un reflejo de la sociedad formenterense de la época, una sociedad muy austera que sólo podía permitirse una necrópolis de 22x22 metros, muy pequeña incluso para los tiempos que corrían», y con ello para Castelló es un «ejemplo de la arquitectura que se ha de conservar porque es un testimonio de lo que era Formentera».

Los inicios documentados de la infraestructura
La primera referencia histórica que se encuentra del Cementeri Vell es del 19 de mayo de 1757, la iglesia se terminó en 1738, y Marí Cardona tras señalar que hasta entonces se había utilizado un pequeño cementerio existente junto a la primera iglesia de la Isla ‘Sa Tanca Vella'. Según documentaciones dispersas recogidas por el historiador Colomar, el 8 de octubre de 1837 el Ayuntamiento acordó ampliar el cementerio y el 17 de febrero de 1839, la Corporación Municipal acordó reparar el cementerio y ampliarlo de nuevo. Durante la Segunda República se planteó la necesidad de construir un nuevo cementerio porque faltaba espacio, pero esta iniciativa nunca se llevo a cabo.