Los amantes de las modalidades olímpicas más camperas están de luto, ya que después de quince ediciones ininterrumpidas de diversión, la olimpiada payesa de la Mola entona un adiós o, más bien dicho, un hasta luego. Y es que uno de los acontecimientos más populares del pueblo y, por extensión de la isla, ha estado a punto de morir de éxito.

La razón, la complejidad de tamaño evento para unos organizadores, media docena, que se encuentran con algunas dificultades, «por circunstancias que han coincidido este año, personales y laborales, de las personas que coordinamos la mayoría de las actividades que conforman la olimpiada pagesa de la Mola, ésta no se podrá celebrar», comenta Vicent Rosselló, miembro de la comisión de fiestas del pueblo y coorganizador de los juegos. «Nosotros seis coordinamos un equipo de casi cincuenta voluntarios y que el mismo fin de semana del evento se cuenta con la participación de unas trescientas personas. Somos una mesa de seis patas y este 2017 se estaba quedando coja, así que hemos decidido que haremos un descanso para volver el año que viene con fuerzas renovadas».

No todos los actos previstos quedan anulados, ya que el sábado 11 de marzo sí que se celebraran la trobada de glossadors y la ballada concolles de xacoters y un grupo mallorquín invitado. Vicent le quita hierro al asunto, ya que, circunstancias aparte, a los organizadores no les faltan ganas para organizar una edición más.