Los coches aparcan con impunidad en las cunetas de la carretera de sa Canal, en ses Salines. | Guillermo Romaní

La consellera de Transports i Mobilitat del Consell Insular d’Eivissa, Pepa Marí, desveló ayer que a lo largo de las próximas semanas comenzarán una ronda de reuniones de cara a plantear soluciones a los problemas de movilidad y accesos del tráfico rodado al Parque Natural de ses Salines. El objetivo del departamento que dirige la consellera socialista es «quitar presión de coches sobre las playas» más saturadas de la isla, como es el caso de es Mitjorn y es Cavallet.

Marí recordó que la movilidad en el Parque «no compete solo al Consell» y que se debe «alcanzar un acuerdo» con propietarios y entidades implicadas: el propio Parque Natural, la empresa Ibifor, Salinera Española y el Ayuntamiento de Sant Josep. Según la consellera, «todos están de acuerdo en que se tiene que dar una solución» al tráfico en temporada alta porque Ses Salines «actualmente no está como debería estar». «Tenemos que dar un paso adelante para ver de modificar cómo se llega hasta allí, que no haya tanta presión de coches, que aparquen en sitios adecuados y que se de una solución a la movilidad dentro del parque», explicó la titular de Mobilitat, quien espera que las medidas que se adopten puedan aplicarse ya el próximo verano.

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Marí advirtió de que el modelo aplicado el pasado verano en Cala Salada, donde se restringió el acceso a los vehículos y se creó un bus lanzadera, no tiene demasiadas posibilidades en un entorno como ses Salines. En su lugar, la conselleria propone emplear nuevos espacios para aparcamientos disuasorios, aumentar las frecuencias de la actual línea de autobús y acometer el proyecto previsto con los fondos de la ecotasa para acondicionar el tramo final de la carretera en su entrada a sa Canal. Pero también se estudia limitar el acceso al tráfico una vez se haya superado el aforo de los párquines. «Tenemos que definir cuántos coches pueden entrar en ses Salines. Se trata de marcar dónde se puede aparcar y cuando se supere el aforo la gente tendrá que dar la vuelta e irse», explicó Pepa Marí, quien lamentó que no exista estudio o informe alguno que determine el número de vehículos que caben en los accesos y aparcamientos de las playas y calas de la isla. «Es uno de los problemas», confesó.

En este ambicioso plan que Marí espera vea la luz antes del verano se incluyen otros proyectos como el de los senderos turísticos desde Platja d’en Bossa y el soterramiento de líneas aéreas –presupuestado en 1,1 millones de euros– y el que se acomete con Aena en los terrenos del aeropuerto para mejorar el drenaje del agua y evitar inundaciones en la carretera.