Llevamos ya un mes de clases de los niños y jóvenes en los colegios de Ibiza y Formentera y, además, en las distintas parroquias de nuestra Diócesis van empezando las catequesis de los niños para la Primera Comunión y la Confirmación. Son actividades educadoras a favor de los futuros protagonistas de la vida en nuestras Islas y, por ello, son importantes.

En esta reflexión deseo animar a los padres y tutores de los niños y jóvenes a asumir y ser responsables de la educación, porque en realidad los padres son los primeros garantes de ello.

La educación de la juventud es importante y consta de varios sectores: el sector académico, cultural, deportista, musical, aficiones, etc. y como Obispo sostengo que también la formación en la fe es algo importante que con libertad y eficacia hay que procurar, buscar y dar a los hijos.

Los protagonistas de la educación en la fe de los niños y jóvenes son tres: la familia, la parroquia y la escuela. Y ello es una realidad clara que, además, aparece bien recogida en la legislación actual en vigor, de tal modo que se cada uno de ellos la cumple nuestros niños y jóvenes crecerán bien, podrán vivir bien en el mundo viviendo como cristianos.

La familia ha de ser una educadora en la fe de los propios miembros. Los padres son los primeros y principales educadores. Ellos son el espejo en el que se miran los niños y los adolescentes. Ellos son los testigos de la verdad, del bien y del amor; de ahí su gran responsabilidad en el crecimiento armónico de sus hijos...Los padres son maestros porque son testimonio vivo de un amor que busca siempre lo mejor para sus hijos, fiel reflejo del amor que Dios siente por ellos. Bueno es que los padres, pues, vivan la fe y la transmitan a sus hijos, haciendo que eso se viva en cada familia. Bueno es que en casa se rece y que los padres animen y acompañen a sus hijos a ir a la parroquia, a asistir a Misa, a vivir según los Mandamientos de Dios. Yo, cuando era niño y joven, pude vivir así en mi familia; mi padre y mi madre fueron mis primeros educadores en la fe y nos educaron tan bien en eso que veo que mis hermanos casados y con hijos lo hacen así en su familia y mis sobrinos creciendo son cristianos y son también voluntarios en Caritas.

Junto a la familia, la parroquia. Es bueno que los niños y jóvenes frecuenten su participación en la vida de la propia parroquia, donde se dan catequesis, se celebran los sacramentos, especialmente la Eucaristía, se dan actividades. Qué bueno es para un niño o un joven crecer frecuentando la parroquia y participando en sus actividades a ellos dirigidas.

Y junto a la familia y la parroquia el colegio donde un niño asiste. El artículo 27 de la Constitución española en el n. 3 dispone que Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones. Así queda claro que con los hijos de los padres que buscan formación religiosa de sus hijos han de encontrar también esa formación en la escuela donde asisten. No sólo respeto, sino formación; así, los padres que lo desean pueden pedir y ha de concedérseles de acuerdo con la legislación que sus hijos reciban formación religiosa en su colegio. Es verdad que en los últimos tiempos estamos teniendo no pocos problemas con las clases de religión disminuyendo sus horarios, pero seguiremos trabajando para que quienes deseen esas clases las puedan recibir y las reciban bien.

Así, pues, animar a las familias, a las parroquias, a las escuelas a que en Ibiza y Fomentara los niños reciban esa formación y así, si lo desean, puedan ser cristianos que vivan en el mundo con fe, con esperanza, con caridad, con alegría, haciendo el bien y colaborando a la paz y al bienestar de todos como Dios nos encarga a sus hijos.