Estos días estoy disfrutando como un enano leyendo el último libro, acaba de publicarse, de Antoni Serra, Escrits ´post mortem´ (ed. Documenta Balear) con un atinado prólogo de Antoni Nadal, que define al escritor solleric como «un intel.lectual ben singular en el panorama de la literatura catalana dels darrers cinquanta anys». Y no sólo de la literatura catalana, Antoni trasciende esa literatura y tiene libros como No hi ha quart poder que son una de las mejores pinturas de historia de las grisuras de la posguerra española, por no hablar de sus libros experimentalistas. En sus Escrits ´post mortem´ desfilan Josep Pla, a quien Antoni acostó en la cama del hotel Victoria de Palma porque Pla llevaba una cogorza impresionante, incluso al autor de Homenots le ajustó los calzoncillos; también desfilan por el libro de Serra personajes como Rosselló Pòrcel o el ultraísta Miguel A. Colomar que se dedicaba entre otras cosas a falsificar picassos y poemas de Guillén: era un genio no solo escribiendo, sino también tomando el pelo a los intelectuales oficiales de Mallorca. La obra periodística de Antoni es gruesa, desde principios de los sesenta lleva escribiendo en periódicos y revistas. Respecto a Ibiza y Formentera destaca, por su birlibirloque, un reportaje que escribió en la prestigiosa revista Destino (1968) dedicado a hablar bien de los hippies y beatniks entonces tan floreados y en boga. En ese reportaje, Antoni dice que los hippies no se drogan que a veces se les ve cansados tras sus fiestas de cuatro días; también dice lo de haz el amor y añade que según un propietario los hippies son buenos y se van a veces sin pagar de los bares. Total que el artículo llegó a manos de mossén Macabich que presto escribió un artículo poniendo de chupa de dómine a Antoni Serra en el que solicitaba que cogieran al escritor mallorquín e hicieran un caldo con él (no sé si de gallina). Antoni me consta está encantado con aquel artículo del gran historiador ibicenco.