Gracias a la ampliación del puerto (1966) en cuya obra trabajó su padre, en Eivissa nació (1967) José Manuel Lucía Megías, catedrático de Filología, vicedecano de la Universidad Complutense y una autoridad mundial en la vida, obra y entorno áureo de Miguel Cervantes de quién este año 2016 celebramos los 400 años más que de su muerte de su genio universal.

José Manuel, lo mismo en Argamasilla de Alba que en Guanajuato, gusta desvelar que es un ibicenco bautizado en la parroquia de San Salvador de la Marina. Pasó sus primeros cuatro años respirando aire ebusitano, viviendo en el carrer d’ Avicenna, nos cuenta que «en la terraza de aquel apartamento, de pequeñito, soñando con mil aventuras... ¿por qué no con Don Quijote y Sancho, cuyas aventuras ya me leyó mi madre por aquellos años?”. A los cuatro años se lo llevaron de Ibiza y no volvió a la isla hasta el 2009: «fue aquel un viaje iniciático y de reencuentros; no tanto un viaje en busca los recuerdos que no tenía, sino de diálogo como una tierra que sentí como algo mía, como mágica». Ibiza, en tiempos de Cervantes, era tesela clave en el puzzle de la guerra que la Monarquía Hispánica mantenía contra el turco por el control del Mediterráneo. Desde la Corte había una continua preocupación por abastecer de armamento y por fortificar Vila. Entre 1532 y 1571, los berberiscos asaltaron veinte veces la isla. Para su defensa en 1599, Felipe II envía artillería y en 1575 Juan de Austria pasó por Eivissa dejando bastante pólvora y pertrechos, ese mismo año, precisamente, Cervantes fue capturado por un corso turco frente a las costas catalanas y acabó cautivo en Argel a la espera de ser rescatado. Consta que en uno de sus intentos de fuga, un bergantín mallorquín (1577) tenía que esperarlo frente a Argel. El operativo se pudo plantear con conocimiento de los virreyes de Mallorca (M. de Moncada) y del representante del rey en Ibiza, Mateu Fortesa.