Por la cantidad de noticias que salen en los medios de comunicación últimamente pareciera que alguien nos hubiera enviado las siete plagas a Eivissa. Cuando no nos invaden las medusas en las playas aparecen las serpientes en campos, ciudades y hasta en el agua, por no hablar de esos picudos que devoran palmeras o los repelentes insectos, que todos conocemos, y por los que cada año hay que fumigar edificios y oficinas de trabajo.

Las primeras alertas de medusas, que se dejan arrastrar por la corriente, llegaron hace más de dos meses. No había comenzado aún, oficialmente, la temporada alta cuando ya flotaban ellas, amenazantes, en las aguas mediterráneas. Pero no unas poquitas, como suele pasar cada verano… sino cientos. Las espeluznantes fotos que se publicaron en periódicos y redes sociales no hacían presagiar nada bueno, pues lo que parecía el mar en plena ebullición, eran realmente bancos de medusas asolando nuestras costas.

Las serpientes es otro cantar, al que por fin se han propuesto ponerle solución, sólo hace falta ver si surte efecto. Pero hasta entonces, hemos visto a estos reptiles a sus anchas por toda la isla. La primera foto que vi me alertó, pero después de las decenas que se habían encontrado, casi diría que me había curado de espanto. Ahora anuncian un proyecto de control, aunque ya hace más de una década que empezaron a avistarse los primeros ofidios. Claro que últimamente se había convertido en una plaga preocupante que acampaba por doquier en el campo, ciudad, incluso playa.

No quiero recrearme mucho más, porque los insectos que ni quiero nombrar, también forman parte de la temporada alta. Llega el calor y también los insectos voladores o los que anidan en palmeras perforando sus troncos. Ya llevamos cuatro de estas siete plagas… ¿quién da más?