Es una triste realidad ver que el machismo sigue anclado, todavía, en la sociedad de hoy en día. Por centrarme sólo en un campo, hablaré del ámbito publicitario donde tampoco nos libramos de esta lacra perpetua. Sorprende ver cómo todavía pueden seguir grabándose anuncios en los que queda implícita la superioridad masculina.

Son tantos y tantos los mensajes subliminales que tenemos aceptados como ‘normales’ que ya pasan desapercibidos a nuestros ojos; como el hecho de que los anuncios de carritos y muñecas siempre los protagonice una niña, mientras que los de pistolas vayan dirigidos al público masculino. De ahí que tanto diera que hablar el catálogo que lanzó hace dos navidades la cadena de juguetes Toy Planet, donde los papeles ‘normales’ salían intercambiados en algunas páginas, básicamente acercándose a lo que vivimos en la sociedad actualmente, o eso quiero pensar. Polémico fue el anuncio de D&G de hace unos años en los que un grupo de hombres rodeaba a una mujer a la que sujetaban en el suelo. Pero poco dista de otros muchos en los que se ve supeditada la esposa a los deseos del marido o en los que el ‘macho alfa’ despliega sus encantos ante ‘su’ hembra. Como tan asumidos tenemos algunos logos no caemos en la cuenta siquiera de lo que implican, por ejemplo, el de Volvo, que con el símbolo masculino está envuelto de polémica.

Lo cual me hizo recapacitar sobre la última vez que vi un anuncio de coche donde condujese una mujer, quizá nunca. Siempre va como fiel compañera, casi como premio que se regala con el vehículo, pero no como piloto. Igualmente me cuesta recordar algún ejemplo en el que un hombre protagonizara un anuncio de limpieza –excluyendo por supuesto al simpático de Don Limpio–. Ojalá pudiera afirmar que el machismo al igual que el ‘frotar, –tal y como aseguraba el mítico anuncio de Wipp Express de 1990– se va a acabar’.