Más de seiscientas marchas de protesta contra el nuevo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, han tenido lugar este fin de semana en diversas ciudades de todo el mundo. Una de las más numerosas fue la protagonizada por mujeres en Washington, donde asistieron más de medio millón y entre las que figuraban conocidísimas actrices. El motivo de la protesta era dejar constancia del rechazo por los comentarios machistas del mandatario, como la frase «agárralas por el coño». Además, las críticas se extienden a otros aspectos del programa con el que Trump ha llegado a la Casa Blanca, en especial los referidos al rechazo a los inmigrantes y la reducción de las prestaciones sociales.

Fin del ‘Obamacare’. La primera decisión ejecutiva de Trump como presidente ha sido la firma de la orden de derogación del programa ‘Obamacare’, impulsado por su predecesor en el cargo, el demócrata Barack Obama, para ampliar la cobertura de la asistencia sanitaria pública en el país. Este fue uno de los mensajes emblemáticos que lanzó durante la campaña, junto con la construcción de un muro para frenar la llegada de inmigrantes desde México y el proteccionismo a ultranza del mercado interior. Todo este paquete de medidas ha soliviantado a los sectores más progresistas de la sociedad americana y también a la mayoría de países occidentales.

Presión social. Resulta difícil encontrar un precedente similar a la oleada de críticas masivas contra un recién elegido presidente americano, como está sucediendo con Trump, dentro y fuera de Estados Unidos. Amplios sectores de la sociedad están alzando su voz contra la deriva ultranacionalista que pretende llevar a cabo Donald Trump y su Gobierno. En esta línea no pasa desapercibido el apoyo explícito que le ha hecho el congreso internacional de la ultraderecha europea, celebrado ayer en Alemania; síntoma claro de que algunos recelos están más que justificados. El pulso ha comenzado.