Este periódico publica hoy un documento que evidencia la mala gestión de la Conselleria de Medi Ambient con la desaladora de Santa Eulària. El Ejecutivo balear firmó en mayo un documento por el cual aceptaba pagar el sobrecoste de la planta, pese a que la presidenta Armengol y el conseller Vicenç Vidal se rasgaron las vestiduras hace una semana cuando el Ministerio de Medio Ambiente anunció su intención de repercutir en el Govern los 26 millones de más de la desaladora. Con el documento que reproducimos hoy el conseller Vidal solo tiene un camino por haber intentado confundir a la opinión pública: la dimisión.

Las prisas. La recepción de la desaladora de Santa Eulària es un asunto que se arrastra del año 2011 cuando la empresa que hizo la obra tuvo que aumentar los costes en unos 26 millones. En ese momento el Govern de Bauzá se negó a recepcionar la planta porque, sobre todo, este sobrecoste tenía que repercutir en los ciudadanos de Santa Eulària. El entonces conseller de Medi Ambient, Biel Company, rechazó recepcionar la infraestructura a pesar de los problemas de agua que padecía Ibiza.Pero llegó el nuevo Govern y sus excesivas ganas de demostrar que los anteriores gestores eran unos incompetentes les forzó a asumir la planta y a firmar un convenio que, hoy por hoy, es lesivo para los intereses de Balears. Con el documento que se publica hoy por primera vez se demuestra que el Govern aceptó pagar los 26 millones.

A los tribunales. El conseller Vidal ha anunciado que irá a la Audiencia Nacional para defender los intereses de Balears. Estamos convencidos de que el Ministerio de Medio Ambiente debería ser el que asumiese el sobrecoste de la obra, pero evidentemente ha jugado sus cartas con más inteligencia y se ha aprovechado de unos dirigentes políticos con demasiadas prisas por apuntarse por un éxito que no ha sido así. Esperamos con urgencia las explicaciones de Vidal. No vale con dar la culpa a la herencia recibida. Debe explicar los motivos por los cuales aceptó firmar este documento. Y otra cuestión: ¿Lo sabía Armengol?