El Consell d’Eivissa aprobó el miércoles la norma cautelar que limita las construcciones en suelo rústico. En realidad la norma limita a un máximo de 300 metros la construcción de viviendas por lo que, de facto, no se prohíbe en su totalidad la edificación de casas en suelo rústico. El PP, como era de esperar, se opuso. Dijo su portavoz popular que esta norma provocará el abandono del campo y, por ende, el empobrecimiento de sus propietarios. El discurso de PSOE y Podemos fue diferente. Los socialistas optaron por un discurso más moderado, con algún ataque al PP, pero la consellera de Territori, Pepa Marí, dejó claro que lo que hace la normativa es «proteger y ordenar, no prohibir». La portavoz de Podemos, Viviana de Sans, asumió que le hubiese gustado ser más ambiciosa.

La situación. Arquitectos, promotores y propietarios deberán analizar ahora el efecto real de esta norma, sus consecuencias para un sector de la construcción que empezaba a despuntar tras muchos años de inactividad total con una crisis profunda. Por lo que se sabe hasta ahora, los arquitectos no están demasiado satisfechos. El presidente de los arquitectos ibicencos, Iván Torres, dijo: «Sería interesante conocer cuántas parcelas rústicas quedan por construir para tomar una decisión sobre la construcción de viviendas en suelo rústico». Pero este debate interesa poco. Parece que lo primordial para el Consell, sobre todo para determinados dirigentes, es más decir lo que se paraliza que regular lo que realmente es importante. Y además se filtran informaciones falsas, como el propio Torres dijo. No es cierto que en Cala d’Hort se construyese una casa de 1.000 metros, una falsedad que permite facilitar el debate de la protección.

Analizar. Evidentemente esta norma cautelar no supone la paralización total de la construcción, pero habría que analizar si se pueden cambiar las normativas cada cuatro años y si lo que se busca es lanzar un titular de periódico llamativo más que la protección y la regulación de espacios de gran interés medioambiental. Protección sí, pero analizando todas las cuestiones. Hay mucho en juego.