Este miércoles, el expresidente del Gobierno Felipe González tenía que pronunciar una conferencia en la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid. Horas antes de la conferencia, un grupo de estudiantes habían sido convocados por la Federación Estudiantil Libertaria para «dar una calurosa bienvenida al terrorista de Estado Felipe González». Se produjeron momentos de tensión en el que participaron 300 estudiantes violentos. Los organizadores del evento decidieron que Felipe González no pronunciase la conferencia, que fue anulada. González recibió el apoyo de dirigentes de su partido y el Gobierno del PP también denunció los hechos. Desde el PSOE responsabilizaron de lo ocurrido a Podemos por sus referencias a la cal viva por parte del GAL durante el mandato de Felipe González.

Impresentable. Parecería obvio que todas las fuerzas políticas democráticas apoyasen a Felipe González frente a los violentos, pero no fue así. El líder de Podemos, Pablo Iglesias, criticó a los que «se rasgan las vestiduras ante una protesta estudiantil». Errejón también restó importancia a lo ocurrido. «No estamos a favor de la violencia, pero tampoco a que se saquen las cosas de quicio». Tanto Iglesias como Errejón son profesores universitarios y conocen perfectamente los entresijos estudiantiles, sus movimientos y cómo actúan. Si alguien pensaba que los dirigentes de Podemos condenarían los hechos, se equivocaba.

Respeto y democracia. A estas alturas resulta sorprendente que haya que pedir respeto a los dirigentes políticos, a los expresidentes de nuestro país, pero los acontecimientos que se viven en los últimos años demuestran muy poco respeto por los demás. Se ha creado un campo de cultivo muy peligroso para la democracia. Se mete a todos los políticos en el mismo saco, se desprestigia a las instituciones, pero hay líneas rojas que nunca deberían superarse. Que un expresidente como González no pueda expresarse libremente es un hecho muy preocupante. Solo se puede pedir mesura y responsabilidad, y que los políticos no pongan en sistema nuestro sistema democrático.