No parece que la dimisión de Lluis Segura, hasta hace dos días director de la Abogacía del Govern, vaya a calmar las aguas políticas en el Ejecutivo balear. La figura política de la ibicenca Pilar Costa, consellera de Presidència, ha quedado muy tocada y su injerencia a la decisión de los juristas del Govern de no presentar escrito de acusación contra Matas por el ‘caso Opera’ y el ‘caso palacete’ amenaza con tener un recorrido muy largo. De hecho, Partido Popular y Ciudadanos han pedido la comparecencia de la consellera ibicenca. Podemos también se ha sumado a la iniciativa política.

Los hechos. Hay que recordar un poco lo ocurrido para calibrar mejor la actual crisis política. Abogacía acordó no seguir con la acusación contra Matas. Entendía que no había delito y, por lo tanto, no había lugar para mantener la acusación particular. Sin embargo, cuando se hicieron públicas las intenciones de los juristas del Govern Més y Podemos, uno en el Govern y el otro partido respaldando la actuación gubernamental, mostraron su sorpresa e indignación. Los portavoces de ambos grupos parlamentarios pidieron explicaciones al Govern. Armengol tampoco entendía lo que había ocurrido y todo el foco político fue para Pilar Costa, responsable política de la Abogacía de la Comunitat Autònoma. Costa, el martes, acordó destituir a Lluis Segura por falta de confianza. Por las declaraciones de unos y otros no quedó muy claro si Segura comunicó a Costa su decisión de no seguir como la acusación particular.

Partidismo. Tras la destitución de Segura las reacciones no se hicieron esperar y el fiscal anticorrupción Pedro Horrach, nada sospechoso de ser próximo al PP, sino todo lo contrario, dijo: «El cese de Segura es un acto partidista fruto de presiones». Así es. Porque lo grave de este asunto, además de que un profesional de intachable trayectoria pague los platos rotos, es la injerencia política en un asunto judicial. Si los juristas no creen que hay delito, ¿a qué se debe este empecinamiento de los partidos del Pacte de mantener la acusación? ¿No se dan cuenta Armengol y Costa que han desprestigiado un órgano que debe ser totalmente independiente y que tiene que trabajar bajo criterios jurídicos? Sin duda, un asunto muy delicado que deja muy tocada a Pilar Costa como consellera de Presidència del Govern.