El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, ha avisado este miércoles al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, de que el recurrir a su derecho al veto para no aplicar decisiones adoptadas por el Parlamento debe ser una «excepción» ya que, si lo convierte «en regla», supone «una perversión de la democracia».

«El veto no está concebido para desoír al Parlamento sino para situaciones de excepcionalidad en las que el Gobierno tiene que decir: tengo que gobernar», ha asegurado Iglesias en declaraciones a los medios en el Congreso, después de que Rajoy le haya exigido que respete las competencias del Ejecutivo.

El líder de Podemos ha preguntado este miércoles al presidente del Gobierno, durante su primer 'cara a cara' en una sesión de control al Ejecutivo en la Cámara Baja, cómo piensa ejecutar las decisiones que tome el poder legislativo, y Rajoy ha respondido que acatará las que sean «obligatorias».

A su salida del Hemiciclo, Iglesias ha manifestado que aunque sabe que «es legal que el Gobierno desoiga al Parlamento» y que hay veces en que el Ejecutivo «puede forzar la ley», también tiene «que ser responsable». «La democracia no depende solamente de que se fuerce la ley, depende de la voluntad democrática», ha defendido.

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«Si el Gobierno, aunque no incumpla la ley, desoye al Parlamento, se está cuestionando el espíritu de la Constitución y la separación de poderes», ha añadido, tras señalar que, para evitar este tipo de situaciones, «habría que hacer una reforma constitucional» para limitar esa capacidad del Gobierno de «desoír al Parlamento».

Riesgo de que la gente crea que «el Parlamento no pinta nada»

Así, ha denunciado que «es muy grave que la gente termine entendiendo que el Parlamento no pinta nada» y que sólo «es un espacio de debate» en el que los diputados están para «debatir con los ministros». «Esto es el poder legislativo», ha reivindicado.

«El Gobierno debería demostrar un carácter más democrático, reconociendo que si la mayoría del parlamento, que representa la soberanía nacional, toma una decisión, el Gobierno tiene la obligación de aplicarla, no de ampararse en el recurso al veto», ha sentenciado. «Convertir la excepción en regla es una perversión de la democracia», ha zanjado.