Imagen de la zona donde han tenido lugar los hechos. | Frederic Velle (Conflict News)

El secuestro protagonizado este martes por dos hombres armados con cuchillos en una iglesia de la región de Normandía, en el norte de Francia, se ha saldado por el momento con uno de los rehenes muertos y los dos raptores «neutralizados», sin que por el momento haya más detalles sobre los motivos del ataque.

Según 'Le Figaro', el rehén fallecido sería el sacerdote de la iglesia, quien habría sido degollado. Una fuente policial ha señalado a Reuters que la víctima fue agredida con una espada. Por su parte, el portavoz del Ministerio del Interior ha evitado confirmar el modo en el que ha fallecido la víctima y ha indicado que hay otro rehén «entre la vida y la muerte».

De acuerdo con la información disponible hasta el momento, los dos asaltantes entraron en la iglesia de Saint-Etienne-du-Rouvray, próxima a Rouen, por la puerta trasera en torno a las 10:00 horas durante la misa y cerraron las puertas, reteniendo en el interior al cura, dos monjas y dos feligreses. Otra monja habría conseguido escapar, dando la voz de la alarma.

En torno a las 11:00 horas, la Policía ha abatido a los dos secuestradores, que habían salido al atrio de la iglesia. El ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, y el presidente francés, François Hollande, se están trasladando al lugar de los hechos.

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El presidente francés, François Hollande, ha asegurado que los dos autores de la toma de rehenes eran «terroristas que reivindicaron pertenecer al Estado Islámico».

En declaraciones a BFMTV, el portavoz del Ministerio del Interior, Pierre-Henry Brandet, ha indicado que se está procediendo ahora registrar la iglesia en busca de posibles artefactos explosivos. El portavoz ha evitado confirmar que la víctima sea el cura y que éste haya sido degollado, remitiendo a la investigación en curso, de la que ya está a cargo la Fiscalía Antiterrorista de París.

Brandet ha evitado pronunciarse sobre las «motivaciones y el perfil» de los autores por el momento, reconociendo que se trata de una «acción violenta deliberada y seguramente preparada» y ha defendido que «la prioridad era neutralización» de los secuestradores, algo que se ha cumplido.

Fuentes policiales citadas por 'Le Figaro' indican que uno de los dos secuestradores llevaba barba y portaba una 'chachia', un tipo de gorro que visten los musulmanes.