La central de ciclo combinado de Cas Tresorer funciona desde 2011 con gas natural, aunque mantiene la capacidad de utilizar gasoil por seguridad. | Ultima Hora

Sostenibilidad, eficiencia y garantía de suministro son los retos a los que se enfrenta el sector energético en Balears para que cada día sea posible encender la luz o cualquier aparato electrónico, o poner la calefacción, acciones imprescindibles de la vida cotidiana que se realizan casi sin pensar. Detrás del interruptor existe un complejo proceso de generación, distribución y comercialización de la electricidad para ofrecer a las familias y a las empresas de un territorio aislado como son las Islas, el servicio que necesitan para tener calidad de vida.

La energía es un sector estratégico para cualquier sociedad moderna. La electricidad es solo una parte de este gran pastel en el que también hay que incluir el gas y los hidrocarburos.

Durante muchos años, y hasta la reciente instalación del cable eléctrico que transporta electricidad desde la Península hasta Mallorca, Balears tenía la necesidad de generar toda la energía que demandaba. Sin embargo, sigue siendo necesario tener la suficiente potencia instalada como para garantizar la autosuficiencia, ya que las Islas no pueden exponerse a un eventual corte del enlace eléctrico. Y esto tiene un gran inconveniente: el precio.

DEFICITARIO. El sistema energético balear es deficitario debido a su pequeño tamaño y al aislamiento. Producir un MWh en la Península cuesta 51 euros, mientras que hacerlo en las Islas vale 141 euros, casi el triple. Pero los consumidores de Balears pagan la electricidad al mismo precio que en la Península, lo que genera un déficit -el Govern lo cifró en 2011 en 503 millones de euros cada año- que asume el Estado.

El sistema eléctrico balear está dividido en dos subsistemas, por un lado Mallorca y Menorca, y por el otro Eivissa y Formentera. Hasta hace pocos años estaban aislados entre ambos y con la Península, pero en 2011 se instaló un cable que conecta la Península con Mallorca, lo que permite mejorar la fiablidad del suministro. También se ha instalado un enlace entre Mallorca y Eivissa, que está en fase de pruebas y que permitirá a las Pitiüses conectarse con la Península. Eivissa y Formentera ya están unidas, igual que Mallorca y Menorca. Por todo ello, la posibilidad de un gran apagón como el de 2008 es hoy mucho menor. La energía que llega por el enlace se contabiliza como producida en Mallorca, pero la producción de Mallorca puede llegar a Menorca y llegará a las Pitiüses en breve.

El sistema eléctrico consta de cuatro eslabones: generación, transporte -en resumidas cuentas, alta tensión-, distribución -media y baja tensión- y comercialización de la energía. La generación y la comercialización están liberalizadas, y cualquier empresa que cumpla las condiciones puede entrar en el mercado. En cambio, el transporte y la distribución son actividades reguladas.

El operador del sistema es Red Eléctrica, que también es el transportista único. Se encarga del despacho de la energía, es decir, de prever la demanda de los días posteriores hora a hora y repartir las cuotas de producción.

La normativa que regula el despacho de energía es el Real Decreto 738/2015, de 31 de julio, que establece los costes reconocidos y la eficiencia por cada tipo de tecnología en diferentes circunstancias: no es lo mismo el coste de arrancar una central de cero que incrementar el rendimiento una vez ya está en marcha. En este punto, las empresas de generación comunican la capacidad que tienen en estas horas, ya que si un día las centrales tienen revisión de mantenimiento, no producen. Y con base en la generación disponible, distribuyen la demanda entre los diferentes productores por criterio económico.
La electricidad que proviene de fuentes renovables tiene prioridad en el despacho: toda la energía que generen cada día concreto -que depende de las condiciones meteorológicas- entra en el sistema.

GENERACIÓN. El año pasado la demanda de energía eléctrica finalizó en 5.790.741,4 MWh, un 4,1% más que en 2014, que se atribuye tanto a un incremento de la actividad económica como a la variación de la temperatura media. ¿Cómo y dónde se genera la electricidad que se consume en Balears? Cada isla tiene sus particularidades, aunque las siete centrales térmicas principales que hay en Balears son de Endesa, el principal productor y distribuidor. Mallorca produjo en 2015 el 77,24% del total (contando el cable), Menorca el 7,05%, Eivissa el 15,45% y Formentera el 0,26% de la energía eléctrica. La potencia instalada total en las Islas de 2.490 MW.

ES MURTERAR, LÍDER. El 32,15% de la energía generada en Balears proviene del carbón, el 14,6% se genera por ciclo combinado, un 12,6% vine del diésel, las turbinas de gas generan el 10,3% de la energía, los residuos sólidos urbanos suponen un 5,2%, la eólica el 0,09%, la fotovoltaica el 2,12% y el resto, un 23%, viene del enlace con la Península.

La suma de la generación de Es Murterar, las centrales de ciclo combinado y el enlace cubrieron el 79% de la demanda.
En Mallorca existen tres centrales térmicas principales: Son Reus (con una potencia instalada de 612 MW), Cas Tresorer (475 MW) de ciclo combinado, y Es Murterar (585 MW), que genera electricidad a partir de carbón de importación y gasóleo.
Se produce energía también a partir de parques fotovoltaicos, de residuos sólidos urbanos en la planta incineradora de Tirme y a partir de cogeneración.

MENORCA Y PITIÜSES. En Menorca, casi el 100% de la energía se genera con diésel, utilizando diferentes tecnologías, con una potencia instalada de 270 MW. Es Milà, el único parque eólico de Balears, generó solo el 1,30% de la producción, y el resto es fotovoltaica.

En Eivissa (366 MW) funcionan también con diésel y turbina de gas mayoritariamente. La fotovoltaica supone un 0,35%.
Y en Formentera tienen una turbina de gas de 14 MW que genera el 97,7% de la producción, el resto es fotovoltaica.

Sampol participa en el sistema eléctrico como productor, distribuidor y comercializador. Esta empresa balear tiene dos plantas de trigeneración para energía eléctrica, calorífica y frigorífica en el hospital Son Llàtzer y el Parc Bit. Ha construido numerosas centrales en España, entre ellas una planta de trigeneración en el aeropuerto Madrid-Barajas, y en países como Italia, México, República Dominicana y Jamaica. Es distribuidor regulado y da suministro al hospital Son Espases y el Parc Bit, entre otras instalaciones. Y es comercializadora desde 2013 especializada en pymes, grandes consumidores, entidades públicas y sector hotelero.

Cabe una mención a Eléctrica Sollerense, originaria de 1892, que sigue siendo distribuidora en la zona del valle de Sóller.

COMERCIALIZACIÓN. La comercialización de la energía está liberalizada y existen múltiples empresas. De 2000 a 2010 el consumo de energía eléctrica aumentó un 38%. El incremento del consumo eléctrico supone un desafío para la sociedad, más cuando se demandan mejoras de la eficiencia energética y sostenibilidad medioambiental.

El gran reto del sistema eléctrico es mejorar los sistemas de acumulación, lo que abriría las puertas a energías más limpias y eficientes. Hoy por hoy, la modulación de la demanda es la mejor arma para reducir la contaminación y mejorar la eficiencia en el consumo, y de paso, bajar el precio de la factura: trasladar el consumo de las horas punta a las horas valle, que es por la noche y de madrugada. La tecnología programada ya permite hacerlo.