Tomeu Riutord, delante de la heladería.

Las ideas no conocen fronteras y precisamente de viajar por todo el mundo sin límites ha nacido un nuevo negocio de la mano de Tomeu Riutord, Ice Wave, una novedosa manera de hacer helados al momento ubicada en la calle Sindicat de Palma que quiere exportar por todo el mundo a través de franquicias. Una de las primeras estará en Dubái.

Tomeu Riutord (Palma, 1986) no encuentra confines ni en sus viajes ni en su imaginario, del que salen numerosas ideas de negocio que quiere explotar a lo largo de su vida. Es licenciado en Farmacia y en INEF, con un MBA por la Universidad de Stanford cursado en Singapur. En uno de sus múltiples viajes, curioseando por las calles de Tailandia, vio una manera de hacer helados muy peculiar: directamente elaborado delante del cliente, con productos frescos, principalmente fruta, y otros dulces y chocolates. Con una placa de frío, el helado pasa poco a poco de líquido a sólido y se conforma el helado que sirven enrollado como si fuera una ola. En cuanto lo vio, decidió replicar este funcionamiento en Mallorca.

RITMO FRENÉTICO. El ritmo Ice Wave es frenético, puesto que abrió en julio de 2014 y menos de un año después ya están a punto de firmar las primeras franquicias, posiblemente una de ellas en Manacor y la otra en Dubái. Tiene cuatro socios: Tomeu Riutord, su hermano Jaume y otros dos jóvenes. La empresa cuenta ya con siete trabajadores.

Riutord comenta que en este tiempo le han llegado más de 300 peticiones de franquicia de 20 países diferentes. “No habíamos abierto y ya nos querían franquiciar”, se sincera. Sin embargo, de todas estas peticiones se quedarán con aproximadamente el 1%. Las que tienen más opciones de fructificar son las de Dubái, Barcelona y Manacor.

Los socios capitalistas de la empresa tienen una máxima: conocer todos los aspectos del negocio. Y siguiendo sus propias convicciones, trabajan cuatro horas a la semana de cara al público, haciendo helados. De hecho, piensan establecerlo como obligatorio para los franquiciados.

Y las cifras de negocio se sirven en bandeja. “Un empleado puede hacer 18 helados cada hora aproximadamente y la tienda de la calle Sindicat está preparada para que funcionen hasta cuatro placas de frío”, comenta. Añade que establecer una franquicia costará alrededor de 35 mil euros de canon de entrada, además de los royalties, y les proporcionarán los materiales y el diseño de la tienda.

De momento, la tienda es made in Mallorca, desde las placas de hielo hasta la carpintería y la arquitectura de diseño, aunque Riutord asegura que con esta ampliación tendrá que replantearse la relación con los proveedores.

En invierno se sorprendieron de los buenos resultados conseguido con sus cuatro productos: helados, batidos, granizados y su invención para combatir el frío, el vulcano, una crep con los ingredientes que escoja el cliente servido en forma de cono. “Hemos podido constatar que el invierno ha sido muy bueno todos los días, hemos vendido aproximadamente a partes iguales helados y vulcanos”, indica, y admite que su éxito también se basa en que son una de las pocas heladerías que queda abierta en Palma durante los meses de frío.

El éxito del negocio es que haya cola. Nuestro mostrador es pequeño, y si pasas no te fijas en que sea un negocio diferente. En cambio, el que haya gente esperando hace parar a otros que se fijan en cómo estamos haciendo el helado”.

FUTURO EMPRENDEDOR. Antes de cumplir los 30, Tomeu Riutord ha satisfecho ya muchas de sus aspiraciones, aunque no por ello se conforma. “Estudiando Farmacia tenía la vida solucionada en la botica de mi madre, pero ahora hago lo que quiero y tengo el horario libre”, explica. De hecho, su profesión actual es jugador de fútbol con el Llosetense y también tiene un negocio de páginas web que comenzó con 18 años. Admite que la clave de todo su éxito es no ponerse barreras.