Cuando varias personas tienen ganas de llevar a cabo una misma iniciativa pero resulta que no coinciden nunca porque acostumbran a sentarse en mesas distintas, cuesta mucho más que se acaben materializando sus ideas. En Menorca, un territorio más bien pequeño y larguirucho donde prácticamente todo el mundo se conoce y se saluda, sucede muy a menudo. Y lo que es peor, en vez de sumarse esfuerzos, los egos mantienen reinos de taifas sin mucho sentido que lastran competitividad a una isla en la que se actúa pensando a corto, solicitando siempre el proteccionismo de la administración pública y con más envidia que autoestima.

Sin embargo, en la batalla por la reivindicación del producto local frente a la amenaza global, se está haciendo realidad la creación de un marco común de referencia en el sector gastronómico insular. La primera derivada es que ya se están produciendo diversos encuentros en los que productores y restauradores, se sientan en la misma mesa y se ponen a hablar de planteamientos en común. Aunque le falta mucho tramo por recorrer y una dirección concreta, Menorca ya está saboreando las primeras mieles de esta situación, que puede ayudar a proyectarla más allá del sol y playa. Para poner un ejemplo, hace escasamente dos semanas se estaba hablando de la creación de un foro gastronómico que seguramente podría servir para mostrar hacia el exterior de todo lo que somos capaces pero también para conocernos mejor, para reflexionar, para generar alianzas, para confiar más en nuestras posibilidades. Un evento en el que poder sumar todos y que podría servir perfectamente para ayudar también a la desestacionalización.

El artífice de esta alineación de todos los planetas y de toda esta mediación amistosa está siendo la Asociación Fra Roger, una entidad nacida el 20 de febrero de 2014 que cuenta con los sabios consejos del Institut Menorquí d’Estudis y que está fortaleciendo como nadie los lazos menorquines de su tradición gastronómica y cultural. Si en el mundo del marketing y la comunicación, la receta infalible hoy en día es la creación del relato, Fra Roger está siendo la excusa de la unión y el diálogo entre payeses, cocineros, curadores de queso, elaboradores de vino y tantos otros pequeños productores que, a base de genialidades individuales, no conseguían ganar ningún partido. En paralelo, el Consell Insular de Menorca también está empujando para que este proyecto sea una realidad.