Foto de grupo de los trabajadores de Can Faustino.

Una experiencia única en un palacio del siglo XVI completamente rehabilitado que ofrece confort y sosiego para un huésped que busca el lujo discreto de lo esencial. Esta es la apuesta de valor que el hotel Can Faustino ofrece en Ciutadella desde que abrió sus puertas en junio de 2014, y que se acaba de incorporar al selecto grupo que reúne los 500 mejores establecimientos del mundo, bajo el inconfundible sello Relais & Chateaux. Una seductora propuesta de cinco estrellas que ha sabido captar hábilmente el encanto de Menorca, con una puesta en escena elegante pero al mismo tiempo cercana, cuya vocación inicial suma ahora los valores de cocina y hostelería que R&C acredita. Se trata de 21 habitaciones y 3 suites diseñadas por el prestigioso Studio Putman en una casa señorial con vistas al puerto, que está impregnada del arte del buen vivir o, lo que los franceses denominan, l’art de viure.

PRIMER AÑO. El balance que el director general del grupo Mare e Terra y propietario de Can Faustino, Laurent Morel-Ruymen, hace del primer aniversario es de objetivo cumplido, pese a que la estacionalidad de Menorca les ha llevado a perder dinero por mantener el hotel abierto. “Tener Can Faustino en funcionamiento fuera de temporada alta nos ha hecho no poder generar beneficios, pero éramos conscientes de que nuestra apuesta por desestacionalizar la isla pasaba por abrir en invierno”, explica Morel. “Creo que hemos conseguido aportar una oferta de alojamiento diferenciada que esta isla no tenía y la respuesta ha sido muy buena. Este año ya tenemos clientes repetidores e incluso reservas para 20 días”, apunta. Desde su apertura han alojado 5.902 clientes, un 40% de los cuales fueron huéspedes nacionales y el resto de Francia, Italia e Inglaterra. Los servicios que el hotel ofrece van desde salidas diarias en embarcaciones propias, programas de hípica, de caza o de gastronomía, gracias a la propuesta culinaria que lidera actualmente el chef Víctor Corchado y que se nutre de un huerto propio que tienen en una finca de Alaior. “En Can Faustino trabaja un equipo joven de 30 personas que está extremadamente motivado y que son los embajadores de esta casa”, explica orgulloso. Su amplia terraza, su piscina o su baño turco ubicado en una cueva natural, invitan a la evasión en cualquier rincón del hotel.

El otorgamiento del sello Relais & Chateaux no solo lo convierte en el único establecimiento de Menorca de estas características sino que lo hace partícipe de una serie de valores para la preservación de la diversidad de la cocina y la hospitalidad. “Con humildad y determinación nos sentimos identificados con esta visión para empezar un movimiento y hacer del mundo un lugar mejor”, señala Morel. “En nuestro restaurante se ofrece una cocina representativa de las tradiciones locales, se limita el impacto ambiental del hotel mediante políticas de ahorro energético y de los recursos naturales, y se acoge a los clientes como amigos”, detalla Laurent Morel-Ruymen. “De hecho, no nos ha costado adoptar los 20 compromisos que R&C tiene en su haber porque en verdad ya formaban parte de nuestro ADN”, indica.

El director del grupo Mare e Terra tiene diversos proyectos previstos para Menorca con un propósito claro de desestacionalización, pese a que se muestra reticente por la lentitud y la torpeza de algunas administraciones públicas. “Tenemos en cartera un hotel con encanto en Ciutadella y tres proyectos en Alaior que consisten en un agroturismo que nos gustaría poder inaugurar en primavera de 2017, un centro de reposo de 180 plazas y un museo del caballo menorquín que incluiría un centro hípico que funcionaría como club de polo, enmarcado también en un hotel de 180 plazas. Hay voluntad de inversión, hay ganas de hacer cosas pero no vemos capacidad por parte de la administración. Nuestro cálculo es que se podrían estar generando 500 empleos directos pero mi conclusión es que todo el mundo quiere opinar, pero nadie quiere tomar decisiones”, relata. El promotor explica como anécdota que hace dos años que está pendiente de que el ayuntamiento les permita tener una zona de carga y descarga en Can Faustino.