Joan Costa y Carlos Duarte observan uno de los paneles en el baluarte de Sant Pere.

Desde ayer, el baluarte de Sant Pere es casi una extensión de la Expedición Malaspina, que, dirigida por Carlos Duarte a bordo del buque científico ‘Hespérides’, contó con el fotógrafo ibicenco Joan Costa en su travesía por el Pacífico. En el recinto amurallado, con el título de Viure la marea, se exponen diversos paneles con las imágenes que Costa obtuvo y gracias a una de las cuales logró el segundo premio en el apartado de Naturaleza en el World Press Photo.

El propio Costa se mostraba ayer «muy satisfecho» por el resultado. «El nivel de impresión es bastante bueno, habíamos visto alguna prueba y los colores son perfectos que es lo que más me preocupaba, la gente no se hubiera dado cuenta, pero yo los conozco y han quedado muy fieles», explicó.

Junto a él se encontraba Carlos Duarte, que se desplazó a Eivissa para asistir a la inauguración de Viure la marea. «Ver la exposición en este baluarte sienta fenomenal, porque es un lugar emblemático y que también tiene vistas al mar. No puedo pensar en un sitio mejor para exponer este trabajo», relató tras un primer recorrido por los paneles.

En relación al valor de este tipo de iniciativas para la divulgación de la ciencia, Duarte indicó que «son fundamentales». «Uno de los problemas de la sensiblidad por la ciencia en España —reflexionó—, es que no ha habido una comunicación buena entre la comunidad científica y la sociedad. En grado último, la ciencia se financia a través de fondos públicos y tenemos la obligación de comunicar lo que hacemos y contribuir a que haya más cultura científica en la sociedad. Con Malaspina hemos hecho un esfuerzo importante de comunicación y estoy contento de estar aquí para contar lo que estamos haciendo y qué significación tiene esto a nivel del contexto científico global».

Sobre el resultado de la Expedición Malaspina, transcurrido ya un tiempo desde que finalizó, el investigador aseguró que el balance ha sido «excepcional solo por haber podido completar un proyecto de este nivel de riesgo habiendo alcanzado todos los objetivos, incluso más de los que habíamos previsto inicialmente. En cuanto al conocimiento que estamos generando solo estamos arañando la superficie de lo que estamos obteniendo. En los próximos cinco o diez años esperamos tener una aportación sólida y revolucionaria de nuestra comprensión de los océanos».