Cristina Ferrer, sobre el tatami durante el Campeonato del Mediterráneo. | ARCHIVO

La karateka ibicenca Cristina Ferrer se queda fuera del objetivo de conseguir un metal en el Campeonato del Mundo en Linz (Austria) en individuales. Puso todo su poderío sobre el tatami, pero la suerte estuvo del lado de las contrincantes.

A pesar de todo ello, Cristina Ferrer no se marcha todavía del Campeonato del Mundo en Linz. Hoy competirá por equipos, donde espera resarcirse de su mal sabor de boca en los individuales y llevarse su tan deseada medalla.

Ferrer superó por decisión a su primera rival, la karateka israelí Ekaterina Mikhelson. La israelí saltó a la pista con el propósito de defender y evitar cualquier ataque de la ibicenca. En el siguiente paso, le tocó un peso pesado: la francesa Emilie Thouy. A pesar del afán de Ferrer por derrotar a Thouy, el marcador final (0-4) mostró la superioridad de su rival.

Aún así, su paso por este campeonato internacional no quedó ahí. La clasificación para la final de Thouy sirvió para que la ibicenca pudiera seguir soñando con el bronce a través de la repesca.

Su primera presa fue la noruega Bettina Alstadsaether, con quien consiguió derrotarla con facilidad (2-0). Acto seguido, tuvo que seguir con fuerza en el próximo punto de partido ante la china Tzu-Yun Wen.

La ibicenca empezó por delante, aunque a 20 segundos del final la rival le propinó una patada en el estómago para ponerse por encima con el 1-2. La remontada no se produjo, y el sueño se esfumó por un abultado resultado (1-4). Tzu-Yun fue claramente superior e hizo que Ferrer se fuera con las manos vacías en el individual.