CIUDAD DE IBIZA: 1

BINISSALEM: 0

El Ciudad de Ibiza regresó a la senda de la victoria. Después de un mes sin conocer el sabor de los tres puntos, el equipo de Ibon Begoña abandonó el campo con la sonrisa en el rostro al superar por la mínima al Binissalem en el estadio de Can Misses.

Un solitario gol de Jordi Serra al filo del descanso bastó a los de Vila para adjudicarse una victoria que era más que necesaria. Y es que el de ayer era uno de esos encuentros en los que poco importaba el juego. Lo único que contaba eran los puntos.

Curiosamente, en su peor partido como local, el City se apuntó la victoria y puso fin a esa minicrisis de resultados. No le hizo falta disponer de muchas ocasiones para perforar la portería rival. De hecho, las oportunidades clamorosas del conjunto local se redujeron a dos, la del tanto y otra en la segunda parte.

La balanza se desniveló en el minuto 41, cuando Gallego, desde la línea de fondo y en el interior del área, dio el pase de la muerte y Jordi, completamente solo, marcó a placer. Hasta entonces, un disparo manso de Galera a las manos del portero, otro fuera de Jaume tras combinar con Marc y una falta directa salvada por Pablo habían sido todo el balance ofensivo de ambos equipos. Ya prácticamente en el descuento, Andrés rozó el segundo tanto, pero su tiro desde el vértice del área pequeña lo despejó el portero a córner.

Tras la reanudación, el Binissalem fue adueñándose poco a poco del partido. Al cuadro de Ibon Begoña empezó a quemarle el balón en los pies y los mallorquines rozaron la igualada. Víctor Galera dejó de ser la brújula del equipo en la medular, donde Pablo de Dios sí dio un recital al igual que Toni Oliver por parte visitante, y eso era un lastre que no podía permitirse el City, en el que Brian también estaba completamente desaparecido.

Los pupilos de Tomeu Pons estuvieron a punto de hacer el empate a los ocho minutos, pero el larguero se opuso en su camino. La réplica no tardó en llegar y esta vez fue Gallego el que perdonó la sentencia en un remate forzado a puerta vacía.

En los últimos 20 minutos, el acoso mallorquín fue mayor. Ramón chutó fuera en una contra y, poco después, Pablo estuvo rápido para que López no terminara de darse la vuelta en el área pequeña.

El Ciudad de Ibiza sufría más de la cuenta y seguía sin matar el partido. De hecho, en el 75, Brian encaró solo al portero tras ganar por velocidad a los centrales, pero el esférico se le acabó yendo largo en la conducción. El City acabó pidiendo la hora, pero cumplió su objetivo y, tras cuatro jornadas aciagas, regresó a la senda del triunfo en un partido donde, sin duda, importaba más el resultado que el juego.