Cuando en Ibiza uno habla de solidaridad, de entrega, de cariño y de compromiso es imposible no pensar en Alba Pau. Ella tiene el curioso don de hacernos sentir tan afortunados como imbéciles con el mismo argumento. Mientras a unos nos preocupan las banalidades insulsas y pasajeras de la rutina diaria, hay familias con un hijo con cáncer, hay un autista sin terapeuta o hay un niño que sufre abusos sexuales. Vivimos en una burbuja de superficialidad que nos aleja de una realidad sangrante que nos puede tocar vivir en cualquier momento.
Opinión
Los niños de Alba
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Articulazo para remover alguna conciencia de algún funcionario de la "casa"...